No estamos ante un opinador enjaulado, los artículos de Paco Déniz nos muestran a un alzado de la palabra que no conoce pesebres ni está sometido al mandato de los fuertes. Desarrolla un prisma particular mediante el cual traduce sus sensaciones y, sin pretenderlo, se convierte en un portavoz de “la otra Canarias”, la extraparlamentaria, la de algunos cientos de miles de paisanos desertores que no se encuentran representados en el actual marco político y que tampoco hallan acomodo para sus inquietudes en los espacios de los grandes medios de comunicación de nuestro país. El uso magistral que hace de la ironía y su intento por normalizar el habla canaria colman sus folios en una sugestiva interpretación de lo cotidiano. Estamos ante un polemista que no ahorra munición literaria.
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