Pensar es conocer, apreciar la verdad o falsedad de un juicio; es admirarse, asombrarse de lo que sucede, necesitar entenderlo. El autor, en el conjunto de artículos que se ofrece en este libro, consigue un objetivo fundamental: ayudar al lector a que piense y forme criterio sobre problemas colectivos, sociales o culturales (la lectura, la memoria…) tanto de ámbito local (la imprevisión, el «síndrome del metro cuadrado», los mensajes vacuos…) como nacional e internacional. Las cuestiones que aborda Una forma de pensar... [Sin conclusiones] no son precisamente pasatiempos. No se proponen simplezas, sino que el autor reflexiona directamente sobre las cosas y expone qué y hasta dónde sabe. Si el lector sabe más, mejor: añadirá al espíritu crítico del autor más conocimientos que le harán obtener respuestas más ricas. Una vez más es cierto aquello de que no se deben enseñar pensamientos, sino enseñar a pensar (Kant).
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