EMILIA PARDO BAZÁN, nació en La Coruña el 16 de setiembre de 1851 en el seno de una familia noble. Recibe una cuidada educación y pasa largas temporadas en el pazo de Meirás, una propiedad familiar. A los 16 años contrae matrimonio con José Quiroga, joven carlista estudiante de derecho. Se instalan en Santiago con objeto de que él termine la carrera. En 1868 el padre de la escritora, don José Pardo Bazán, es nombrado diputado a cortes por el partido progresista, razón por la cual la entera familia se traslada a Madrid.
Una vez instalada en la Corte, comienza a frecuentar tanto los círculos aristocráticos como las tertulias literarias. Sin embargo su padre se ve obligado a exiliarse y otra vez la familia debe seguirle, en esta ocasión a un balneario de Vichy y después a Inglaterra. De regreso a España, empieza a interesarse por la filosofía krausista y a estudiar con denuedo. En 1879 aparece su primera novela: “Pascual López. Autobiografía de un estudiante de medicina”. Tras ella, su actividad literaria será frenética.
“Los pazos de Ulloa” (1886). Don Pedro Moscoso, marqués de Ulloa, acoge en su casa al joven sacerdote Julián Álvarez, para que desempeñe las funciones de capellán y administrador, quien no tarda en percibir el ambiente de inmoralidad y violencia que se respira en los pazos. Don Pedro tiene un hijo de Sabel, la criada, cuyo padre, el crudo Primitivo, es quien en realidad dirige la hacienda y la mesnada. Julián ve en el matrimonio de don Pedro con una prima suya, Marcelina, la angelical Nucha, la providencial puerta de salida del pecado para su amo. La novela es, en síntesis, el descenso a los infiernos de los ángeles Nucha y Julián. Un infierno no de fuego sino de agua, en el corazón de la brumosa aunque real y cercana Galicia.
Una vez instalada en la Corte, comienza a frecuentar tanto los círculos aristocráticos como las tertulias literarias. Sin embargo su padre se ve obligado a exiliarse y otra vez la familia debe seguirle, en esta ocasión a un balneario de Vichy y después a Inglaterra. De regreso a España, empieza a interesarse por la filosofía krausista y a estudiar con denuedo. En 1879 aparece su primera novela: “Pascual López. Autobiografía de un estudiante de medicina”. Tras ella, su actividad literaria será frenética.
“Los pazos de Ulloa” (1886). Don Pedro Moscoso, marqués de Ulloa, acoge en su casa al joven sacerdote Julián Álvarez, para que desempeñe las funciones de capellán y administrador, quien no tarda en percibir el ambiente de inmoralidad y violencia que se respira en los pazos. Don Pedro tiene un hijo de Sabel, la criada, cuyo padre, el crudo Primitivo, es quien en realidad dirige la hacienda y la mesnada. Julián ve en el matrimonio de don Pedro con una prima suya, Marcelina, la angelical Nucha, la providencial puerta de salida del pecado para su amo. La novela es, en síntesis, el descenso a los infiernos de los ángeles Nucha y Julián. Un infierno no de fuego sino de agua, en el corazón de la brumosa aunque real y cercana Galicia.