Andreas Capellanus pretende dar corpus científico a todo lo que deben saber un hombre y una mujer sobre usos amorosos; sus referentes serán el código del amor cortés (instituido en Provenza, Languedoc y Aquitania, y extendido a toda Europa) y la tradición grecolatina, vertida en repertorios y por la cultura árabe.
El tratado se organiza en tres partes: las dos primeras están divididas en una serie de capítulos en los que, por ejemplo, se discute qué es el amor y cómo se obtiene, con ejemplos muy curiosos (habla un plebeyo a una plebeya, un noble a una plebeya y después, una mujer noble a un plebeyo y finalmente hablan nobles, entre ellos; hay variantes para que se sepa quién es quién y cómo se dará el amor según la condición social de los dos implicados). La parte segunda trata de cómo mantener el amor. La tercera, muy breve, lo reprueba siguiendo la moda misógina.
El arte de amar honradamente mezcla la intención didáctica con el placer, atendiendo a la recepción, espoleada por los “romanz courtois”.
El tratado se organiza en tres partes: las dos primeras están divididas en una serie de capítulos en los que, por ejemplo, se discute qué es el amor y cómo se obtiene, con ejemplos muy curiosos (habla un plebeyo a una plebeya, un noble a una plebeya y después, una mujer noble a un plebeyo y finalmente hablan nobles, entre ellos; hay variantes para que se sepa quién es quién y cómo se dará el amor según la condición social de los dos implicados). La parte segunda trata de cómo mantener el amor. La tercera, muy breve, lo reprueba siguiendo la moda misógina.
El arte de amar honradamente mezcla la intención didáctica con el placer, atendiendo a la recepción, espoleada por los “romanz courtois”.