SEGUNDA PARTE DEL INGENIOSO HIDALGO DON QUIJOTE DE LA MANCHA. Aparece hacia finales de 1615, dedicada al conde de Lemos. Abarca 74 capítulos. Consta de mayor unidad que la primera pues se reducen las narraciones intercaladas y los poemas. Además, qué duda cabe, con la experiencia de la escritura, la prosa de Cervantes se ha acendrado aún más hasta convertirse en el más tupido de los entramados textuales que haya sido entregado por la literatura, al menos en español.
Por otra parte, es en esta segunda parte donde comienza a surgir, o más bien a acentuarse, el escepticismo y el desengaño.
La primera parte es una obra abierta; la segunda, tras la amarga experiencia de la continuación de Avellaneda, es una obra cerrada. Cuál no sería pues la sorpresa de Cervantes de haber sabido que, años más tarde, a un futuro rey de España, cuando aún era duque de Anjou, no se le iban a caer los anillos al escribir lo que él denominó el Tomo V de las aventuras de don Quijote.
La diferencia más notable con la primera es que esta segunda tiene un norte al que se dirige desde el principio. Se trata del plan concebido por el bachiller Sansón Carrasco, consistente en incitar, en un primer momento, al caballero a efectuar una segunda salida, con el fin de derrotarle e imponerle como penitencia un año de sosiego, que pensaba sería definitivo.
Por otra parte, es en esta segunda parte donde comienza a surgir, o más bien a acentuarse, el escepticismo y el desengaño.
La primera parte es una obra abierta; la segunda, tras la amarga experiencia de la continuación de Avellaneda, es una obra cerrada. Cuál no sería pues la sorpresa de Cervantes de haber sabido que, años más tarde, a un futuro rey de España, cuando aún era duque de Anjou, no se le iban a caer los anillos al escribir lo que él denominó el Tomo V de las aventuras de don Quijote.
La diferencia más notable con la primera es que esta segunda tiene un norte al que se dirige desde el principio. Se trata del plan concebido por el bachiller Sansón Carrasco, consistente en incitar, en un primer momento, al caballero a efectuar una segunda salida, con el fin de derrotarle e imponerle como penitencia un año de sosiego, que pensaba sería definitivo.