El protagonista principal de esta novela tiene un encuentro con la muerte, al sufrir un infarto masivo, modificando el curso de la vida de su familia, aparentemente garantizada en continuos éxitos. La creciente prosperidad que les acompañaba, sumada a las excelentes condiciones de salud informadas por sus médicos meses antes, les había dado la posibilidad de alardear sobre su longevidad permitiéndoles hacer planes a largo plazo. Igualmente en su visión del mundo, grandes interrogantes sostenidos desde su juventud parecían ya resueltos, entre ellos la existencia de vida más allá de la muerte. Él y su esposa rechazaban públicamente éstas «concepciones idealistas», como frecuentemente las calificaban.
El repentino incidente mortal se convirtió en fuente de sucesivas novedades llevando a la pareja a reconsiderar todo lo que parecía superado. Su esposa opta por comportamientos inesperados para el magnate, a la vez que en el hombre descubre que cruzar el túnel de luz durante su muerte clínica, encontrando múltiples paisajes entre los cuales estaba cada uno de los detalles vividos por él y llevándole a conclusiones desgarradoras consigo mismo, sumiéndose en una situación, no sólo desconocida sino que le transportaría desde sus condiciones nuevas a replantearse su visión del mundo, de la familia y de sí mismo en virtud de cuanto descubrió de manera .
Una misión que al principio vislumbró como incoherente le retaría al encuentro con el trasegar de la humanidad desde remotos tiempos en lo que emergió luego como la mayor oportunidad para el acaudalado hombre, mientras los valores que parecían anticuados se erigieron como la única alternativa viable, en lo que se constituiría luego en un combate por restaurar cuanto había desechado y negar las grandes conclusiones que había sustentado. Para ello debía enfrentar sus considerables barreras personales y las de su esposa, como el orgullo y la ambición cual muros insondables de su prepotencia, siendo obstáculos que al asumirlos permitirían descubrir cada una de las piedras que les formaban.
En esta experiencia de vida y muerte, resurge la participación coherente de seres espirituales actuando como compañeros de viaje para aclarar lo que parece inconcebible. Tendría que demostrar ante sus incrédulos parientes y amigos cómo no sólo se han tergiversado hechos y sucesos, sino también modificado muchas veces la historia poniéndola al servicio de intereses mezquinos y lo que es peor, se ha desdibujando la concepción de Dios. Por eso, narrar estos hechos representa afrontar la verdad y con ella la posibilidad de beber de fuentes de agua viva.
Viene luego el encuentro con un controvertido personaje histórico, cuestionado por unos, utilizado por otros para combatir la Iglesia Católica y desconocido para la gran mayoría de los creyentes. Se trata del Emperador Constantino, diez y siete siglos atrás.
Pero, ¿Qué tiene que ver Constantino con la experiencia de muerte tenida por el protagonista de ésta novela? Representa el eje de sus grandes contradicciones, lo cual llevará a establecer que de alguna manera lo que es LA MARCA DE CONSTANTINO.
El escritor confrontará el presente con el pasado hasta el punto de permitir viajar al lector en una trama fascinante donde cada uno podrá preguntarse sobre cuánto le toca de todo aquello que descubrirá pudiendo contar con los ángeles amigos acompañándole sin tregua en históricas jornadas.
El repentino incidente mortal se convirtió en fuente de sucesivas novedades llevando a la pareja a reconsiderar todo lo que parecía superado. Su esposa opta por comportamientos inesperados para el magnate, a la vez que en el hombre descubre que cruzar el túnel de luz durante su muerte clínica, encontrando múltiples paisajes entre los cuales estaba cada uno de los detalles vividos por él y llevándole a conclusiones desgarradoras consigo mismo, sumiéndose en una situación, no sólo desconocida sino que le transportaría desde sus condiciones nuevas a replantearse su visión del mundo, de la familia y de sí mismo en virtud de cuanto descubrió de manera .
Una misión que al principio vislumbró como incoherente le retaría al encuentro con el trasegar de la humanidad desde remotos tiempos en lo que emergió luego como la mayor oportunidad para el acaudalado hombre, mientras los valores que parecían anticuados se erigieron como la única alternativa viable, en lo que se constituiría luego en un combate por restaurar cuanto había desechado y negar las grandes conclusiones que había sustentado. Para ello debía enfrentar sus considerables barreras personales y las de su esposa, como el orgullo y la ambición cual muros insondables de su prepotencia, siendo obstáculos que al asumirlos permitirían descubrir cada una de las piedras que les formaban.
En esta experiencia de vida y muerte, resurge la participación coherente de seres espirituales actuando como compañeros de viaje para aclarar lo que parece inconcebible. Tendría que demostrar ante sus incrédulos parientes y amigos cómo no sólo se han tergiversado hechos y sucesos, sino también modificado muchas veces la historia poniéndola al servicio de intereses mezquinos y lo que es peor, se ha desdibujando la concepción de Dios. Por eso, narrar estos hechos representa afrontar la verdad y con ella la posibilidad de beber de fuentes de agua viva.
Viene luego el encuentro con un controvertido personaje histórico, cuestionado por unos, utilizado por otros para combatir la Iglesia Católica y desconocido para la gran mayoría de los creyentes. Se trata del Emperador Constantino, diez y siete siglos atrás.
Pero, ¿Qué tiene que ver Constantino con la experiencia de muerte tenida por el protagonista de ésta novela? Representa el eje de sus grandes contradicciones, lo cual llevará a establecer que de alguna manera lo que es LA MARCA DE CONSTANTINO.
El escritor confrontará el presente con el pasado hasta el punto de permitir viajar al lector en una trama fascinante donde cada uno podrá preguntarse sobre cuánto le toca de todo aquello que descubrirá pudiendo contar con los ángeles amigos acompañándole sin tregua en históricas jornadas.