Vivimos rodeados de maldad, acobardados por la violencia, temerosos de todo lo que pueda ocurrirnos a nosotros y a quienes queremos. Lo vemos en la televisión, en los periódicos: maltrato, asesinatos en serie, abusos, terrorismo. Miremos donde miremos habitamos con ello y, sin embargo, no sabemos en realidad dónde se esconde el verdadero horror o qué podemos esperar de los auténticos causantes del mal. ¿Y si siempre hubiesen estado aquí? ¿Y si hacemos la vista gorda al acoso escolar y este no es sino el mecanismo infalible para perpetuar la violencia? ¿Y si ponemos cara a un asesino célebre, como Manson, pero olvidamos que parte de nuestra educación la heredamos de alguien tan cruel como Rousseau? ¿Y si todos nuestros miedos no fueran sino terrores primigenios? ¿Y si los causantes del mal fuéramos nosotros mismos?
Con este tercer y valientísimo libro de cuentos, Miguel Ángel Muñoz nos pone cara a cara, hasta hacernos caer de bruces, con la maldad –desde el realismo más cruel de algunos relatos, con el yihadismo o el 11-M como protagonistas, hasta el terror fantástico y legendario que viene a explicarnos la realidad, en el último de ellos–, y lo hace con todo el riesgo posible: aunque no queramos verlo, tenemos derecho a vivir con miedo a tener miedo. Porque vivimos entre hijos de puta. Entre malvados.
Con este tercer y valientísimo libro de cuentos, Miguel Ángel Muñoz nos pone cara a cara, hasta hacernos caer de bruces, con la maldad –desde el realismo más cruel de algunos relatos, con el yihadismo o el 11-M como protagonistas, hasta el terror fantástico y legendario que viene a explicarnos la realidad, en el último de ellos–, y lo hace con todo el riesgo posible: aunque no queramos verlo, tenemos derecho a vivir con miedo a tener miedo. Porque vivimos entre hijos de puta. Entre malvados.