Una adolescente observa cómo su padre coquetea con su mejor amiga frente a los ojos de su madre; un accidente en las vacaciones familiares hace tambalear las convicciones de una mujer llena de prejuicios; tres hermanas quedan al cuidado de una empleada perversa; la atracción y el rechazo conviven en el deseo sexual de una pareja.
Crecer, amar, vivir es como lanzarse a las profundidades del mar. Ávidos de amor, los protagonistas de estos cuentos -sobre todo mujeres- navegan por el mundo atentos a sus propios deseos y a las señales que emiten los otros: gestos que indican por dónde seguir, que permiten adivinar aguas tranquilas o que advierten sobre el riesgo de encallar.
Íntimos, sutiles, reflexivos, los dieciséis relatos que componen este libro hablan de la búsqueda a veces infructuosa del amor y confirman el profundo conocimiento que Garland tiene de los repliegues de la sensibilidad y de los estremecimientos del deseo. Con finura y precisión, persevera en captar la naturaleza humana, esquiva como la arquitectura del océano.
Crecer, amar, vivir es como lanzarse a las profundidades del mar. Ávidos de amor, los protagonistas de estos cuentos -sobre todo mujeres- navegan por el mundo atentos a sus propios deseos y a las señales que emiten los otros: gestos que indican por dónde seguir, que permiten adivinar aguas tranquilas o que advierten sobre el riesgo de encallar.
Íntimos, sutiles, reflexivos, los dieciséis relatos que componen este libro hablan de la búsqueda a veces infructuosa del amor y confirman el profundo conocimiento que Garland tiene de los repliegues de la sensibilidad y de los estremecimientos del deseo. Con finura y precisión, persevera en captar la naturaleza humana, esquiva como la arquitectura del océano.