Los fantasmas del pasado y del presente conviven en las cinco novelas que conforman esta obra de Carlos Fuentes. El dolor del recuerdo y el amor sin futuro constituyen el mundo de los misteriosos personajes de "Constancia", "La desdichada", "El prisionero de Las Lomas", "Viva mi fama" y "Gente de razón".
En "Constancia" los fantasmas de una familia de origen ruso, asesinados por soldados franquistas cuando intentaban embarcarse rumbo a Estados Unidos, se reencuentran después de cuarenta años.
En "La desdichada" un enigmático maniquí con forma de mujer es adquirido por dos estudiantes preparatorianos para que les haga compañía. Poco a poco La Desdichada los hará enfrentarse para disputarse su amor y compañía.
En "El prisionero de Las Lomas", el exitoso abogado Nicolás Sarmiento obliga al general Prisciliano Nieves a heredarle su casa y su fortuna a cambio de no revelar el secreto que lo encumbró como el Héroe de Santa Eulalia.
"Viva mi fama"cuenta los amores malogrados de Rubén Oliva y Elisia Rodríguez la "privada" del torero Pedro Romero, quien murió en su cama sin siquiera un rasguño hecho por un toro.
Finalmente, en "Gente de razón" los hermanos José María y Carlos María Vélez, reconocidos arquitectos, siguen los preceptos que les inculcó su profesor Santiago Ferguson: cada edificio es un ser vivo y con historia.
En "Constancia" los fantasmas de una familia de origen ruso, asesinados por soldados franquistas cuando intentaban embarcarse rumbo a Estados Unidos, se reencuentran después de cuarenta años.
En "La desdichada" un enigmático maniquí con forma de mujer es adquirido por dos estudiantes preparatorianos para que les haga compañía. Poco a poco La Desdichada los hará enfrentarse para disputarse su amor y compañía.
En "El prisionero de Las Lomas", el exitoso abogado Nicolás Sarmiento obliga al general Prisciliano Nieves a heredarle su casa y su fortuna a cambio de no revelar el secreto que lo encumbró como el Héroe de Santa Eulalia.
"Viva mi fama"cuenta los amores malogrados de Rubén Oliva y Elisia Rodríguez la "privada" del torero Pedro Romero, quien murió en su cama sin siquiera un rasguño hecho por un toro.
Finalmente, en "Gente de razón" los hermanos José María y Carlos María Vélez, reconocidos arquitectos, siguen los preceptos que les inculcó su profesor Santiago Ferguson: cada edificio es un ser vivo y con historia.