El profesor Stevenson , eminente físico y profundo conocedor de todos los secretos nucleares del país, entendió enseguida, por los cambios de planes tras su secuestro, que algo había fallado y ya no intentaban llevarle al extranjero. También sabía que la pretensión de sus raptores de intercambiarlo por un célebre terrorista encarcelado era innegociable para su Gobierno, que jamás se plegaría a ese tipo de chantaje.
Estaba, pues, solo y sin posible ayuda de nadie. Su único recurso consistía en tratar de averiguar, lo antes posible, la localización exacta del oscuro zulo en el que llevaba ya algunos días y al que le habían conducido drogado e inconsciente. Durante su penoso cautiverio, dedicó toda su atención a una tarea: analizar cualquier dato o señal que le permitiera ubicar el emplazamiento de su prisión.
Estaba, pues, solo y sin posible ayuda de nadie. Su único recurso consistía en tratar de averiguar, lo antes posible, la localización exacta del oscuro zulo en el que llevaba ya algunos días y al que le habían conducido drogado e inconsciente. Durante su penoso cautiverio, dedicó toda su atención a una tarea: analizar cualquier dato o señal que le permitiera ubicar el emplazamiento de su prisión.