Esquilo (Eleusis, 525 aC – Gela, 456 aC) fue uno de los «Maratonómaco», luchó en las guerras promovidas contra los persas en la Batalla de Maratón (490 aC), en las de Salamina (480 aC) y, posiblemente, en la de Platea.
Alguna de sus obras, como Los persas (472 aC), Los siete contra Tebas (467 aC), son el resultado de sus experiencias de guerra. Fue también testigo del desarrollo de la democracia ateniense. En Las suplicantes (490 aC), puede detectarse la primera referencia que se hace acerca del poder del pueblo, y la representación de la creación del Areópago, tribunal encargado de juzgar a los homicidas. En Las euménides (478 aC), se apoya la reforma de Efialtes (462 aC), transferencia de los poderes políticos del Areópago al Consejo de los Quinientos.
Escribió 82 piezas, consiguió su primera victoria en composición dramática en el 484 aC, siendo sus rivales Pratinas, Frínico y Quérilo. Sólo fue vencido por Sófocles en el año 468 aC.
De la importancia de su obra da fe el hecho de que se permitiera que sus obras fueran representadas y presentadas en el agón («certamen») en los años posteriores a su muerte, junto a las de los dramaturgos vivos, un honor excepcional ya que era costumbre que las obras de los autores fallecidos no se pudieran presentar al agón.
De toda su obra sólo se conservan completas estas siete piezas, seis de ellas premiadas, todas presentadas aquí, detrás de estas páginas digitales.
Alguna de sus obras, como Los persas (472 aC), Los siete contra Tebas (467 aC), son el resultado de sus experiencias de guerra. Fue también testigo del desarrollo de la democracia ateniense. En Las suplicantes (490 aC), puede detectarse la primera referencia que se hace acerca del poder del pueblo, y la representación de la creación del Areópago, tribunal encargado de juzgar a los homicidas. En Las euménides (478 aC), se apoya la reforma de Efialtes (462 aC), transferencia de los poderes políticos del Areópago al Consejo de los Quinientos.
Escribió 82 piezas, consiguió su primera victoria en composición dramática en el 484 aC, siendo sus rivales Pratinas, Frínico y Quérilo. Sólo fue vencido por Sófocles en el año 468 aC.
De la importancia de su obra da fe el hecho de que se permitiera que sus obras fueran representadas y presentadas en el agón («certamen») en los años posteriores a su muerte, junto a las de los dramaturgos vivos, un honor excepcional ya que era costumbre que las obras de los autores fallecidos no se pudieran presentar al agón.
De toda su obra sólo se conservan completas estas siete piezas, seis de ellas premiadas, todas presentadas aquí, detrás de estas páginas digitales.