“Las ventas de este libro se destinarán a hogares de niños con cáncer”
Una historia claramente bizarra, narrada en primera persona por Juan Martín, un joven enfermizamente enamorado de su amor primo Carolina, al perderla llega al extremo del suicidio, pero dos intentos fallidos de quitarse la vida son suficientes para convencerlo de que su destino es estar con ella aun en contra de la voluntad de Carolina, a lo largo de la novela va describiendo cada uno de sus atroces actos día a día, a ratos, a sangre fría, luego como una locura incontenible cuyo control es impensable, lo que hace al lector poder sentir y pensar como Juan Martín, desde las emociones más siniestras hasta las más románticas. Por momentos parece que estamos ante la puesta en escena de una trágica representación teatral, luego aflora el género policiaco y se matiza con una fuerte presencia erótica.
El desenlace de la novela aunque es psicológicamente posible, es totalmente inesperado, evoca suavemente la ficción desde el análisis lógico de que cada acción de ambos protagonistas, solo pudiera realizarse a nivel inconsciente de alguno de ellos, pero a lo largo de historia la locura se vuelve consciente y lo peor es que las consecuencias parecen preceder a las consecuencias, nos han llevado a hacer de la dependencia un sinónimo del amor, del sadomasoquismo involuntario una fuente de placer, de la agresión una muestra de cariño y de la pasión un sinónimo de la simulación.
Finalmente nos quedamos con la sensación de haber leído una agradable, aunque dura historia, que nos asocia a una psicología compleja y una determinación que podría verse desde el plano filosófico ¿Qué es un suicida?, ¿Un enfermo, un valiente, un decepcionado o un hombre que conoce o intuye la débil frontera que separa a la vida de la muerte?
Hasta las técnicas psicológicas más revolucionarias son ineficaces para curar un amor tan grande que se trasforma, se difiere, se tergiversa, se moldea, se vuelve de múltiples formas y percepciones. Al final de la historia el lector pudiera preguntarse si antes de leer el libro no han pasado por su mente inconsciente realizar todo lo acontecido en esta historia para evitar el sufrimiento de manera suicida o aumentar la felicidad por medio de la dominación forzada de la pareja amada aún sin ser correspondido.
Como un examen final de psicología, esta historia podría dar respuesta utópica a cómo se crean las percepciones a partir de la información que entra a nuestros sentidos, o en sentido estricto que existe la formula precisa para cada individuo de amor y desamor. O en sentido estricto que existe la formula precisa para cada individuo, que manejando los estímulos se puede crear o deshacer cualquier vínculo emocional, "amar u odiar" hasta como un experimento en un laboratorio.
Una historia claramente bizarra, narrada en primera persona por Juan Martín, un joven enfermizamente enamorado de su amor primo Carolina, al perderla llega al extremo del suicidio, pero dos intentos fallidos de quitarse la vida son suficientes para convencerlo de que su destino es estar con ella aun en contra de la voluntad de Carolina, a lo largo de la novela va describiendo cada uno de sus atroces actos día a día, a ratos, a sangre fría, luego como una locura incontenible cuyo control es impensable, lo que hace al lector poder sentir y pensar como Juan Martín, desde las emociones más siniestras hasta las más románticas. Por momentos parece que estamos ante la puesta en escena de una trágica representación teatral, luego aflora el género policiaco y se matiza con una fuerte presencia erótica.
El desenlace de la novela aunque es psicológicamente posible, es totalmente inesperado, evoca suavemente la ficción desde el análisis lógico de que cada acción de ambos protagonistas, solo pudiera realizarse a nivel inconsciente de alguno de ellos, pero a lo largo de historia la locura se vuelve consciente y lo peor es que las consecuencias parecen preceder a las consecuencias, nos han llevado a hacer de la dependencia un sinónimo del amor, del sadomasoquismo involuntario una fuente de placer, de la agresión una muestra de cariño y de la pasión un sinónimo de la simulación.
Finalmente nos quedamos con la sensación de haber leído una agradable, aunque dura historia, que nos asocia a una psicología compleja y una determinación que podría verse desde el plano filosófico ¿Qué es un suicida?, ¿Un enfermo, un valiente, un decepcionado o un hombre que conoce o intuye la débil frontera que separa a la vida de la muerte?
Hasta las técnicas psicológicas más revolucionarias son ineficaces para curar un amor tan grande que se trasforma, se difiere, se tergiversa, se moldea, se vuelve de múltiples formas y percepciones. Al final de la historia el lector pudiera preguntarse si antes de leer el libro no han pasado por su mente inconsciente realizar todo lo acontecido en esta historia para evitar el sufrimiento de manera suicida o aumentar la felicidad por medio de la dominación forzada de la pareja amada aún sin ser correspondido.
Como un examen final de psicología, esta historia podría dar respuesta utópica a cómo se crean las percepciones a partir de la información que entra a nuestros sentidos, o en sentido estricto que existe la formula precisa para cada individuo de amor y desamor. O en sentido estricto que existe la formula precisa para cada individuo, que manejando los estímulos se puede crear o deshacer cualquier vínculo emocional, "amar u odiar" hasta como un experimento en un laboratorio.
