Existe una forma de entendimiento que va más allá de las palabras. Es una manera particular de percibir la vida la que hace que una persona se identifique con la poesía y disfrute al leerla o al escribirla. Las poesías son la condensación de etapas y de sentimientos. En una página dicen lo que una novela completa. La comprensión, aunque incipiente, del mundo que habitamos, nos ayuda a encontrar sentido a nuestras vidas.
El amor es un don del cielo, para regalarlo siempre y para aceptarlo siempre. El amor es la esperanza eterna en la capacidad para vencer la soledad. El amor es la ilusión perenne de que el hombre es un ser especial fabricado con la sustancia con la que Dios se hizo a sí mismo: con amor.
El amor está hecho de eternidad
De música, de deseos de inmortalidad
Y de ansias por trascender la soledad,
La tristeza y el desamor.
El amor dota de sentido a la propia existencia. El ser humano de siente en el cielo cuando ama y es amado. El desengaño y el desamor lo lanzan fuera del paraíso como cuando Dios expulsó a Adán y Eva y los condenó al sufrimiento.
El amor, siempre el amor. Realizado, o lejano... imposible.
Como al horizonte,
A ti mi amor, sólo mis ojos
Pueden tocarte a lo lejos,
Y me resigno a amarte
En la lejanía, en los sueños,
Y en la poesía.
ADICTOS AL AMOR
Quisiera que te convirtieras
En una adicta de mi amor.
Que mi amor fuera para ti
Como una droga imprescindible.
Quisiera que ante mi ausencia,
Presentaras síndromes de abstinencia.
Quisiera escuchar
Que te alegra mi presencia.
Deseo que sientas
Que vale la pena arriesgarse
Ante la posibilidad
De un amor sincero.
No evitaría la ilusión de tu amor
Aunque ello me salvara
De sentir el dolor de tu rechazo.
Sé que me tomará tiempo olvidarte
Y permito que mi corazón continúe amándote
Por el placer de sentirme con vida,
Sin importan cuanto demore en sanar esta herida.
No fue mi elección amarte
De forma repentina y afortunada,
Simplemente, sucedió.
Sucedió, ¡porque sí!
Y no hay nada maravilloso
Que pueda suceder de otra manera.
Sólo Dios puede elegir que crear
Y luego que amar
O que olvidar.
Y es que Dios
No necesita de nuestro amor,
Porque por ser Dios,
No siente el dolor
Del rechazo y el desamor.
Quisiera yo ser Dios
Para no extrañar
de tus labios el calor.
El amor es un don del cielo, para regalarlo siempre y para aceptarlo siempre. El amor es la esperanza eterna en la capacidad para vencer la soledad. El amor es la ilusión perenne de que el hombre es un ser especial fabricado con la sustancia con la que Dios se hizo a sí mismo: con amor.
El amor está hecho de eternidad
De música, de deseos de inmortalidad
Y de ansias por trascender la soledad,
La tristeza y el desamor.
El amor dota de sentido a la propia existencia. El ser humano de siente en el cielo cuando ama y es amado. El desengaño y el desamor lo lanzan fuera del paraíso como cuando Dios expulsó a Adán y Eva y los condenó al sufrimiento.
El amor, siempre el amor. Realizado, o lejano... imposible.
Como al horizonte,
A ti mi amor, sólo mis ojos
Pueden tocarte a lo lejos,
Y me resigno a amarte
En la lejanía, en los sueños,
Y en la poesía.
ADICTOS AL AMOR
Quisiera que te convirtieras
En una adicta de mi amor.
Que mi amor fuera para ti
Como una droga imprescindible.
Quisiera que ante mi ausencia,
Presentaras síndromes de abstinencia.
Quisiera escuchar
Que te alegra mi presencia.
Deseo que sientas
Que vale la pena arriesgarse
Ante la posibilidad
De un amor sincero.
No evitaría la ilusión de tu amor
Aunque ello me salvara
De sentir el dolor de tu rechazo.
Sé que me tomará tiempo olvidarte
Y permito que mi corazón continúe amándote
Por el placer de sentirme con vida,
Sin importan cuanto demore en sanar esta herida.
No fue mi elección amarte
De forma repentina y afortunada,
Simplemente, sucedió.
Sucedió, ¡porque sí!
Y no hay nada maravilloso
Que pueda suceder de otra manera.
Sólo Dios puede elegir que crear
Y luego que amar
O que olvidar.
Y es que Dios
No necesita de nuestro amor,
Porque por ser Dios,
No siente el dolor
Del rechazo y el desamor.
Quisiera yo ser Dios
Para no extrañar
de tus labios el calor.