De acuerdo con los autores de este libro, el análisis literario se replantea en América Latina a partir de la problemática de la diversidad cultural. Estamos ante una nueva generación de escritores que pugna por expresarse y que merece ser analizada e investigada ¿será que en la narrativa mexicana más reciente predomina también el desencanto y el nihilismo posmoderno? ¿No habrá en los escritores más jóvenes un "principio radical de lo nuevo" como escritura abierta? ¿Por qué no podría haber una identificación con los nuevos sujetos sociales que en vez de sentirse victimados se esfuerzan por negociar sus propios márgenes?
En este libro se intenta comprender cómo la reciente producción narrativa de autores como Juan Villoro, Carmen Boullosa, Cristina Rivera Garza, Jorge Volpi, Mario Bellatin, Enrique Serna, Álvaro Enrigue, Carlos Montemayor, Ana García Bergua y otros replantean los modos de ser modernos ¿cómo entienden el sentido comunitario o de identidad cultural? Ya no estamos como en la literatura pasada ante textos que privilegian sólo la identidad nacional. Hoy vemos que hay diversas maneras de entender esa identidad (como identidades fragmentadas, híbridas o barrocas). Esto significa que debemos desarrollar una perspectiva más amplia donde se incluya la discusión sobre comunidad, nacionalidad, ciudadanía y el papel de la mezcla y la diversidad intercultural. Por ejemplo ¿dónde ubicar las narrativas sobre la diversidad sexual, política, étnica, de género? También hay que considerar a nuevos lectores que se identifican con autores que reflejan sus vivencias y experiencias. Así, este estudio de Elizabeth Hernández Alvídrez y Samuel Arriarán se inserta en una perspectiva que inaugura nuevos encuentros entre la lectura, los textos, los géneros y los contextos.
En este libro se intenta comprender cómo la reciente producción narrativa de autores como Juan Villoro, Carmen Boullosa, Cristina Rivera Garza, Jorge Volpi, Mario Bellatin, Enrique Serna, Álvaro Enrigue, Carlos Montemayor, Ana García Bergua y otros replantean los modos de ser modernos ¿cómo entienden el sentido comunitario o de identidad cultural? Ya no estamos como en la literatura pasada ante textos que privilegian sólo la identidad nacional. Hoy vemos que hay diversas maneras de entender esa identidad (como identidades fragmentadas, híbridas o barrocas). Esto significa que debemos desarrollar una perspectiva más amplia donde se incluya la discusión sobre comunidad, nacionalidad, ciudadanía y el papel de la mezcla y la diversidad intercultural. Por ejemplo ¿dónde ubicar las narrativas sobre la diversidad sexual, política, étnica, de género? También hay que considerar a nuevos lectores que se identifican con autores que reflejan sus vivencias y experiencias. Así, este estudio de Elizabeth Hernández Alvídrez y Samuel Arriarán se inserta en una perspectiva que inaugura nuevos encuentros entre la lectura, los textos, los géneros y los contextos.