Heaven llevaba días siendo
atacado, sitiado por enemigos que querían conquistar el castillo. Lord John de
Lindsay defendía a muerte la entrada al castillo, hasta que varios hombres
acabaron con su vida. Los que se creían vencedores, empezaron a caer uno a uno
siendo atacados. Los recién llegados, eran unos quince hombres, cada uno de
ellos vestía diferente, cada uno era sencillamente único.
Amy podía observar desde
el torreón principal, como acababan con sus atacantes. Tembló de miedo, pues
aquel final sería igual para ellos. Su fuerza, su lucha y el manejo de su
espada, demostraban que sabían matar, no había duda, cada golpe, cada estocada,
era mortal. Todo hombre que se ponía delante de ellos, perecía.
Los gritos de la batalla
retumbaban por todo del castillo, los lamentos de dolor de sus hombres, le
encogían el corazón. Se tapó los oídos con las manos, para intentar mitigar
aquellos sonidos que la hacían temblar.
Pensando en los pocos
momentos que les quedaban de vida, miró hacia el cielo gris, lleno de nubes de
tormenta. Era un día triste, pero para morir cualquier día podría serlo.
La lucha por recuperar
Heaven, cambiará su vida así como la de Alexander MacKennet, un Highlander de
las tierras altas de Escocia, convertido en mercenario por el cruel destino.
Ambos se enfrentaran sin saber lo que el destino tiene deparado para ellos, ya
que el amor, vence todas las dificultades y ayuda a afrontar todos los riesgos.