Cierto es que la tierra ha experimentado cambios climáticos importantes a lo largo de su vasta historia, cambios que han sido resultado del movimiento natural de los elementos. Investigaciones de paleontología y arqueología forense sugieren que es muy probable que tales cambios hayan desviado el curso de la biología, e incluso de la humanidad misma.
Es ahora la misma humanidad quien ha tomado la iniciativa para provocar el cambio climático, los últimos años han sido determinantes en cuanto a la adición de factores que afectan el medio ambiente. Situaciones graves de contaminación atmosférica, deforestación, eliminación de especies, polución en los mares, destrucción de los mantos acuíferos, basura, mucha basura hemos vertido por todas partes; todo este comportamiento irresponsable nos acusa de ser pésimos cuidadores de nuestra casa.
Las consecuencias son terribles. Las catástrofes meteorológicas son cada vez más frecuentes. La devastación se antoja a gran escala. Millones de personas ya están siendo afectadas gravemente por los desastres, las enfermedades y la hambruna. Parece cosa de fantasía, sí esto es acerca de la fantasía… y de otras cosas también muy ciertas.
Nuestro quehacer no se identifica precisamente por comportamientos de prevención, solo sabemos reaccionar, solo sabemos inventar mecanismos de contingencia ¿Pueden la ciencia y los gobiernos revertir el daño? ¿Es posible hacer algo a estas alturas? Precisamos de corazones valientes, necesitamos mentes creativas, urgen espíritus inquebrantables. Solo personas con tales noblezas pueden rescatar a esta hermosa tierra. Guerreros y princesas depositarios de la sabiduría ancestral tienen nuestro futuro en sus corazones.
Es ahora la misma humanidad quien ha tomado la iniciativa para provocar el cambio climático, los últimos años han sido determinantes en cuanto a la adición de factores que afectan el medio ambiente. Situaciones graves de contaminación atmosférica, deforestación, eliminación de especies, polución en los mares, destrucción de los mantos acuíferos, basura, mucha basura hemos vertido por todas partes; todo este comportamiento irresponsable nos acusa de ser pésimos cuidadores de nuestra casa.
Las consecuencias son terribles. Las catástrofes meteorológicas son cada vez más frecuentes. La devastación se antoja a gran escala. Millones de personas ya están siendo afectadas gravemente por los desastres, las enfermedades y la hambruna. Parece cosa de fantasía, sí esto es acerca de la fantasía… y de otras cosas también muy ciertas.
Nuestro quehacer no se identifica precisamente por comportamientos de prevención, solo sabemos reaccionar, solo sabemos inventar mecanismos de contingencia ¿Pueden la ciencia y los gobiernos revertir el daño? ¿Es posible hacer algo a estas alturas? Precisamos de corazones valientes, necesitamos mentes creativas, urgen espíritus inquebrantables. Solo personas con tales noblezas pueden rescatar a esta hermosa tierra. Guerreros y princesas depositarios de la sabiduría ancestral tienen nuestro futuro en sus corazones.