Mi reloj biológico no me deja dormir pensando en que todos los libros que han entrado en mi casa en el último año, tienen una contraportada con un escrito de elogio o de explicación del texto. He decidido que el de Mujeres también debería llevarlo y como no puedo explicar por qué escribo lo que escribo, he decidido copiar un párrafo del propio texto:
“Mi mundo, mi espacio vital es tan reducido, que tratar de hablar del conjunto de las mujeres sin ser socióloga, pedagoga… y sin haberme reencarnado por lo menos setenta veces en otras tantas mujeres, es, en un principio, una presunción que me avergüenza. Si lo hago es porque siendo mujer, tengo todo el derecho del mundo a opinar de lo que he observado a mi alrededor durante toda mi vida y que ha contribuido a mi evolución personal de ser humano que, probablemente, no haya sido la más correcta”.
Deseo ardientemente no defraudaros.
“Mi mundo, mi espacio vital es tan reducido, que tratar de hablar del conjunto de las mujeres sin ser socióloga, pedagoga… y sin haberme reencarnado por lo menos setenta veces en otras tantas mujeres, es, en un principio, una presunción que me avergüenza. Si lo hago es porque siendo mujer, tengo todo el derecho del mundo a opinar de lo que he observado a mi alrededor durante toda mi vida y que ha contribuido a mi evolución personal de ser humano que, probablemente, no haya sido la más correcta”.
Deseo ardientemente no defraudaros.