El poemario Revelaciones colombianas reúne poemas recientes, que emergen en una coyuntura intensa, convulsa y agitada; desgarrada ante el dilema de la guerra y la paz. Aunque podamos hablar de la guerra en la filigrana de la paz, así como de la paz en el corazón de la guerra; sin creer que la guerra es un concepto distinto de la paz. Pues ambos conceptos pertenecen al esquematismo dualista guerra/paz; sobre todo, a la paradoja guerra y paz. La experiencia de las sensaciones en esta coyuntura intensa, se abre a hermenéuticas sensibles, que atraviesan el mundo de las representaciones, aposentado en la modorra de la repetición de lo mismo . Los poemas hacen de intérpretes de esas sensaciones agitadas, emergidas de substratos emotivos, que emanan de cuerpos entregados a dilemas; mejor dicho, a rebeldías sensuales y transgresiones de lenguajes simbólicos, buscando abolir el mundo heredado.
Este poemario continúa los recorridos perceptuales y metafóricos de los diez poemarios anteriores; una vez que se logra la simbiosis poética entre la herencia vallejiana y la herencia lorquiana, combinándola con la herencia huidobriana . Antes, se publicaron cuatro poemarios, marcados por la explosión corporal vallejiana , sin la musicalidad de los ritmos lorquianos. Si bien contaban con la irradiación de las entrañables y profundas metáforas humanas de Cesar Vallejo, no referían todavía a la influencia de las metáforas abismales de Vicente Huidobro.
Entonces, con este onceavo poemario, correspondiente a este ciclo de irrupciones sensitivas y perceptuales, que recurren a metáforas en constante devenir, para dar cuerpo gramático a sus intensidades, parece que concluimos esta experiencia poética de tonalidades subversivas. Cuyos substratos emotivos se encuentran en las memorias corporales; cuyos substratos literarios se encuentran en las herencias de los poetas mencionados; cuyos substratos de la experiencia sensitiva se encuentran en los espesores territoriales, que hacen de referentes, pero, sobre todo de Oikos.
Este poemario continúa los recorridos perceptuales y metafóricos de los diez poemarios anteriores; una vez que se logra la simbiosis poética entre la herencia vallejiana y la herencia lorquiana, combinándola con la herencia huidobriana . Antes, se publicaron cuatro poemarios, marcados por la explosión corporal vallejiana , sin la musicalidad de los ritmos lorquianos. Si bien contaban con la irradiación de las entrañables y profundas metáforas humanas de Cesar Vallejo, no referían todavía a la influencia de las metáforas abismales de Vicente Huidobro.
Entonces, con este onceavo poemario, correspondiente a este ciclo de irrupciones sensitivas y perceptuales, que recurren a metáforas en constante devenir, para dar cuerpo gramático a sus intensidades, parece que concluimos esta experiencia poética de tonalidades subversivas. Cuyos substratos emotivos se encuentran en las memorias corporales; cuyos substratos literarios se encuentran en las herencias de los poetas mencionados; cuyos substratos de la experiencia sensitiva se encuentran en los espesores territoriales, que hacen de referentes, pero, sobre todo de Oikos.