Que nadie muera sin ver el mar recoge la obra poética completa de Iris M. Zavala, autora más conocida por su labor académica, ensayística e (incluso) novelística que por ésta que ahora proponemos.
El título reorienta, reactualiza y reinventa la antología publicada en el año 1982 en Madrid por la editorial Visor. El cambio es «ver» por «amar», de donde el tema se multiplica. Mar lejano, como el tiempo en la vida, depara pasos que desandan los caminos hasta el origen para contemplar lo acabado, que en la memoria es siempre un re-ver. Ello no desacredita el «amar»; más bien lo funde en el todo esencial que ahora se manifiesta como un cuerpo letrado.
El título reorienta, reactualiza y reinventa la antología publicada en el año 1982 en Madrid por la editorial Visor. El cambio es «ver» por «amar», de donde el tema se multiplica. Mar lejano, como el tiempo en la vida, depara pasos que desandan los caminos hasta el origen para contemplar lo acabado, que en la memoria es siempre un re-ver. Ello no desacredita el «amar»; más bien lo funde en el todo esencial que ahora se manifiesta como un cuerpo letrado.