Como poeta cortesano, fue autor de numerosas canciones; pero lo verdaderamente destacable de Jorge Manrique reside en sus Coplas, escritas tras la muerte de su padre, Rodrigo, y con motivo de ésta, por lo cual se les llama comúnmente Coplas a la muerte de su padre. En ellas, y superando los tópicos medievales de la poesía dedicada elogiosa o aduladoramente a la muerte de personajes célebres (los plantos), Manrique logra transmitir en sencillos pero hermosos versos un sincero y auténtico duelo y, a la vez, una honda reflexión filosófica.
Las copas son un breve poema de solo cuarenta coplas, algunas de las cuales se dirigen a su padre muerto; en el resto, su voz poética aborda la muerte en un sentido amplio, universal y de un alcance que lo hace todavía hoy motivo de admiración.
Las copas son un breve poema de solo cuarenta coplas, algunas de las cuales se dirigen a su padre muerto; en el resto, su voz poética aborda la muerte en un sentido amplio, universal y de un alcance que lo hace todavía hoy motivo de admiración.