Las estructuras del teatro mexicano contemporáneo se basan más en la forma que en lo que se quiere decir de fondo, sin que esto sea peyorativo para el desarrollo del mismo porque en la buena dramaturgia, esa forma es parte de ese fondo. Hoy, estamos ante un libro que magistralmente trabaja la forma para llegar al fondo. Es como esas tácticas de actuación cuyas teorías están ya pasadas de moda, pero que empiezan por el afuera para terminar con un personaje entrañable. Dixit de Antony Hopkins. Mario Cantú Toscano es un creador que entiende perfectamente que lo que no se ve es lo que importa. Y una manera de ocultar eso es a través de una cotidianidad más que extraña, más que teatral, más que incitadora a la creación.
En Golem hay una propuesta diferente a la que Cantú nos tiene acostumbrados, pero no por eso menos efectiva dramáticamente. En un mundo creado aparentemente en otra dimensión, cuatro personajes conviven en un limbo tan incomprensible como el que desapareció la iglesia católica. Y la única esperanza de estos cuatro científicos, paradójicamente, es un ser que no pueden ver.
En Memorama, Cantú conjunta una serie de sucesos en la mente del espectador, a través de los razonamientos atrofiados de sus personajes. Acosta es un héroe trágico contemporáneo, que logra hacer contacto con la realidad a través de la pérdida de la misma.
En Nuestra perversión el autor camina por un sendero peligroso no nada más para la teatralidad, sino para la vida misma. ¿Quien juzga que el amor tiene que ser entre dos?
En Golem hay una propuesta diferente a la que Cantú nos tiene acostumbrados, pero no por eso menos efectiva dramáticamente. En un mundo creado aparentemente en otra dimensión, cuatro personajes conviven en un limbo tan incomprensible como el que desapareció la iglesia católica. Y la única esperanza de estos cuatro científicos, paradójicamente, es un ser que no pueden ver.
En Memorama, Cantú conjunta una serie de sucesos en la mente del espectador, a través de los razonamientos atrofiados de sus personajes. Acosta es un héroe trágico contemporáneo, que logra hacer contacto con la realidad a través de la pérdida de la misma.
En Nuestra perversión el autor camina por un sendero peligroso no nada más para la teatralidad, sino para la vida misma. ¿Quien juzga que el amor tiene que ser entre dos?