Historia de intriga, quise que fuera de terror, pero no lo conseguí. Si te gustan las historias de espíritus, esta lo es. También de amistad y de prejuicios. Una historia sencilla capaz de mantenerte enganchada hasta el final por los acontecimientos.
Zoe Izquierdo, la protagonista, decide trasladarse a vivir a un pueblo pequeño, lejos del ajetreo de las grandes ciudades. Busca la tranquilidad para olvidar su borrascoso pasado. No le importa el aislamiento ni que los cotilleos sean la mejor distracción de sus habitantes. No tiene intención de relacionarse con la gente, pero apenas llega contrata a la mujer peor mirada de la localidad, lo cual provoca diversos problemas ya que se enfrenta por defenderla a varias personas.
Compra una casa, que todo el mundo conoce como La Casa Maldita porque sus dueños murieron a la vez. Hay mil historias con respecto a la casa y sus antiguos moradores, pero ella no hace caso de nada, le gusta porque tiene jardín y está en las afueras, es lo que desea para vivir su nueva vida. Está para reformar y apenas encuentra quien quiera trabajar en ella por ser La Casa Maldita.
Ventura es maestro de obras, presta su apoyo y se hace cargo del trabajo, llegará a una gran amistad con él, más allá de lo que supone por hacer la reforma.
Zoe es resuelta y no la detiene la mala fama de la casa ni la de Tea, la joven que ha contratado. Vivirán juntas y llegarán a sentirse como familia.
A pesar de que no es practicante de la religión, nunca va a misa, su mejor amigo será el cura del pueblo, don Jesús. Él será quien más atención preste a la inquietud que la casa provoca en Zoe. No puede dormir en la cama y eso la lleva a estar nerviosa. Don Jesús llega al convencimiento de que las almas de los dueños andan por la casa porque su muerte no fue natural y tratan de comunicarse.
Los intentos por dormir en la cama son infructuosos y Zoe asume que tendrá que vivir así.
Tea tiene un hijo, es madre soltera y ha hecho lo obligado para salir adelante. Nadie sabe quién es el padre, solo ella y nunca lo ha dicho, pero al final rebela a Zoe su secreto.
Zoe Izquierdo, la protagonista, decide trasladarse a vivir a un pueblo pequeño, lejos del ajetreo de las grandes ciudades. Busca la tranquilidad para olvidar su borrascoso pasado. No le importa el aislamiento ni que los cotilleos sean la mejor distracción de sus habitantes. No tiene intención de relacionarse con la gente, pero apenas llega contrata a la mujer peor mirada de la localidad, lo cual provoca diversos problemas ya que se enfrenta por defenderla a varias personas.
Compra una casa, que todo el mundo conoce como La Casa Maldita porque sus dueños murieron a la vez. Hay mil historias con respecto a la casa y sus antiguos moradores, pero ella no hace caso de nada, le gusta porque tiene jardín y está en las afueras, es lo que desea para vivir su nueva vida. Está para reformar y apenas encuentra quien quiera trabajar en ella por ser La Casa Maldita.
Ventura es maestro de obras, presta su apoyo y se hace cargo del trabajo, llegará a una gran amistad con él, más allá de lo que supone por hacer la reforma.
Zoe es resuelta y no la detiene la mala fama de la casa ni la de Tea, la joven que ha contratado. Vivirán juntas y llegarán a sentirse como familia.
A pesar de que no es practicante de la religión, nunca va a misa, su mejor amigo será el cura del pueblo, don Jesús. Él será quien más atención preste a la inquietud que la casa provoca en Zoe. No puede dormir en la cama y eso la lleva a estar nerviosa. Don Jesús llega al convencimiento de que las almas de los dueños andan por la casa porque su muerte no fue natural y tratan de comunicarse.
Los intentos por dormir en la cama son infructuosos y Zoe asume que tendrá que vivir así.
Tea tiene un hijo, es madre soltera y ha hecho lo obligado para salir adelante. Nadie sabe quién es el padre, solo ella y nunca lo ha dicho, pero al final rebela a Zoe su secreto.