Conocer a Cristo, sus mandamientos, su iglesia, etc. no son cosa simple; pero penetrar en el misterio de Dios es el último peldaño del conocimiento. Muchos dicen conocer a Dios; pero en realidad, se podría asegurar que la mayor parte de las iglesias, con todos sus miembros, desconocen casi por completo a Dios. Unos dicen que lo conocen por saber de un nombre que le adjudican; otros por alguna definición o cualidad que le sobreponen: “Dios es amor, es misericordia…” pero sin comprender. Son pocos los creyentes que se empeñan en la profundización y en la reflexión del gran misterio de quién es Dios.
En este libro, para conocer a Dios, profundizaremos en sus palabras, hechos y en sus cualidades espirituales; en otras palabras, vamos a conocerle conforme a la revelación que el mismo Dios nos ha regalado.
Los temas a tratar, en éste libro, son altamente superiores y para desarrollarse se necesita, aparte de la sabiduría requerida, la ayuda del espíritu de Dios para acertarles: Su contenido, enseñanza y profundidad, está muy por encima de las enseñanzas religiosas en las llamadas iglesias. Quienes relean los temas del libro encumbrarán su mente y su espíritu; incrementarán sus conocimientos.
En este libro, para conocer a Dios, profundizaremos en sus palabras, hechos y en sus cualidades espirituales; en otras palabras, vamos a conocerle conforme a la revelación que el mismo Dios nos ha regalado.
Los temas a tratar, en éste libro, son altamente superiores y para desarrollarse se necesita, aparte de la sabiduría requerida, la ayuda del espíritu de Dios para acertarles: Su contenido, enseñanza y profundidad, está muy por encima de las enseñanzas religiosas en las llamadas iglesias. Quienes relean los temas del libro encumbrarán su mente y su espíritu; incrementarán sus conocimientos.