Un conjunto de relatos para responder a las preguntas más extraordinarias
La fantasía, como la ciencia ficción, trabaja en el terreno de lo especulativo. Nos hacemos preguntas: ¿qué ocurriría si el mundo estuviera amenazado por orcos, si necesitáramos de la destrucción de un solo objeto de poder para librarnos de esta amenaza? ¿Qué pasaría si pudiéramos aprender magia en un colegio, igual que aprendemos matemáticas o literatura? Y, hablando de eso, ¿qué pasaría si existiera la magia? ¿Qué leyes físicas y emocionales quebrantaríamos?
En Lectores aéreos cada relato realiza una pregunta.
—¿Qué ocurriría si viajaras en una nave espacial llena de criaturas mitológicas? (Pero tienes un trabajo de lo más mundano, como limpiar jaulas o barrer pasillos).
—¿Qué ocurriría si descubrieses que tienes la posibilidad de inspirar a otros para convertirse en grandes artistas? (Pero tú, a la vez, no tienes ningún talento reseñable).
—¿Qué pasaría si la realidad se modificara a tu alrededor muy poco a poco, hasta el punto de hacerse irreconocible?
—¿Y si tu amante y tú vivierais en líneas de tiempo diferentes?
—¿Y si tu casa tuviera vida propia? ¿Y si tomase decisiones no acordes con las tuyas?
—¿Qué ocurriría si pudieras escuchar los pensamientos de los demás? (Y no solo los buenos, los positivos, los amables).
—¿Y si pudieras reunir a toda la Londres victoriana para averiguar la identidad de Jack el Destripador?
—¿Y si tuvieras una adicción terrible, una adicción que te atormentara, a pesar de haber encontrado una vida nueva, un trabajo nuevo y al amor de tu vida?
—¿Y si tu vida entera estuviera marcada por una profecía? ¿Y si supieras cuándo te enamorarías, cuándo morirías? (Pero no cómo).
—¿Y si existiera un sistema legal que nos castigara por delitos cometidos en nuestras vidas pasadas?
—¿Y qué pasaría si parieras un delfín?