Ésta es la tercera entrega de la saga de los Profetas de Amor, y en este nuevo volumen no hay duda de que vamos a encontrarnos con el florecer eterno de los bellos y sublimes sentimientos que nacieron tanto en la edad sin tiempo, como en las edades posteriores que poblaron los herederos del saber de las estrellas.
El tiempo de los Campeones de la Luz es un tiempo de tránsito pero sobre todo de evolución, ya que son diversas, las humanidades que coexisten en la Tierra. Distintos linajes de humanos pugnan por sobrevivir y seguir expandiéndose por el mundo, y aunque pudiera parecer que todos se dedican a recorrer sus propios caminos, la Unidad les domina a todos.
Es éste un momento crucial para la existencia de nuestro planeta que, de manera inexorable, se acerca a abandonar los días en que era joven, para profundizar en su propia madurez. Resultado de ello, la Antigüedad más alejada de nuestro tiempo habrá de ser eclipsada por un individuo, cuyas facultades engloban todas las artes de la Luz. A su vez, los Profetas de Amor se esforzarán por dejar un legado de paz y concordia, parecido al que ellos mismos recibieran cuando llegaran al bello reino, en la edad sin tiempo.
El cruce de caminos y sentimientos está asegurado, siendo los Campeones de la Luz una pieza vital para comprender el punto en que ahora mismo, humanos actuales, nos encontramos.
Como en los anteriores volúmenes de la serie, seguiremos ahondando en el estudio de la Divinidad de la que formamos parte, desglosando de este modo a algunos de los bellos sentimientos de los que todos florecimos, pudiendo iniciar nuestras existencias en la Tierra.
Los Campeones de la Luz ya están aquí y gracias a su aportación, nos vamos a hacer con una parte fundamental de nosotros mismos que anduvo aguardando el instante oportuno de volver a nuestras vidas.
El tiempo de los Campeones de la Luz es un tiempo de tránsito pero sobre todo de evolución, ya que son diversas, las humanidades que coexisten en la Tierra. Distintos linajes de humanos pugnan por sobrevivir y seguir expandiéndose por el mundo, y aunque pudiera parecer que todos se dedican a recorrer sus propios caminos, la Unidad les domina a todos.
Es éste un momento crucial para la existencia de nuestro planeta que, de manera inexorable, se acerca a abandonar los días en que era joven, para profundizar en su propia madurez. Resultado de ello, la Antigüedad más alejada de nuestro tiempo habrá de ser eclipsada por un individuo, cuyas facultades engloban todas las artes de la Luz. A su vez, los Profetas de Amor se esforzarán por dejar un legado de paz y concordia, parecido al que ellos mismos recibieran cuando llegaran al bello reino, en la edad sin tiempo.
El cruce de caminos y sentimientos está asegurado, siendo los Campeones de la Luz una pieza vital para comprender el punto en que ahora mismo, humanos actuales, nos encontramos.
Como en los anteriores volúmenes de la serie, seguiremos ahondando en el estudio de la Divinidad de la que formamos parte, desglosando de este modo a algunos de los bellos sentimientos de los que todos florecimos, pudiendo iniciar nuestras existencias en la Tierra.
Los Campeones de la Luz ya están aquí y gracias a su aportación, nos vamos a hacer con una parte fundamental de nosotros mismos que anduvo aguardando el instante oportuno de volver a nuestras vidas.