Según la gran mayoría de los argentinos, el Festival Nacional de Folklore de Cosquín es el evento más importante de la música popular de raíz folklórica del país. Año a año, miles de músicos profesionales, aficionados y visitantes hacen una “peregrinación secular” en enero a esta ciudad serrana de la Provincia de Córdoba para participar y disfrutar de las varias actividades programadas por la Comisión Municipal de Folklore –recitales, peñas, talleres, una feria de artesanías, charlas, congresos académicos, concursos y exposiciones– por “nueve lunas” (noches). Aunque la música siempre ha sido un “gancho” para atraer al público a Cosquín, es fundamentalmente el catalizador a partir del cual se ha desarrollado el resto del evento. Para muchas personas, la fraternidad, el sentido de lugar y el “duende” especial que se siente durante el Festival son más importantes que la música allí escuchada.
En este libro, Jane L. Florine hace un análisis antropológico y etnográfico de la historia del Festival, el rol de la música en el evento y sus funciones socioculturales, económicas y políticas para explicar por qué ha tenido tanto éxito desde 1961. A base de testimonios, la observación directa y fuentes de archivos, considera las opiniones, los conocimientos y los intereses de los músicos, el público, los coscoínos, otros participantes y, especialmente, de los organizadores. Muestra que el Festival tiene una trayectoria muy larga que incluye un “pasado” participativo y un “presente” más comercial que ha dejado un legado muy importante. Ha servido para lanzar las carreras de músicos que hoy en día son muy reconocidos y, económicamente, se han beneficiado los coscoínos de el tanto como los músicos, los medios de comunicación y algunos empresarios. La Comisión ha usado al evento para promover el nacionalismo cultural, definir lo que es el folklore musical argentino y educar a músicos no profesionales. Socioculturalmente, el Festival ha llegado a ser un sitio de memoria donde los asistentes pueden realizar metas personales, sentirse “argentinos” y llegar a formar parte de una comunidad “folklórica”. Al mismo tiempo, sirve como foro donde se negocia la identidad nacional argentina por medio de la música.
En este libro, Jane L. Florine hace un análisis antropológico y etnográfico de la historia del Festival, el rol de la música en el evento y sus funciones socioculturales, económicas y políticas para explicar por qué ha tenido tanto éxito desde 1961. A base de testimonios, la observación directa y fuentes de archivos, considera las opiniones, los conocimientos y los intereses de los músicos, el público, los coscoínos, otros participantes y, especialmente, de los organizadores. Muestra que el Festival tiene una trayectoria muy larga que incluye un “pasado” participativo y un “presente” más comercial que ha dejado un legado muy importante. Ha servido para lanzar las carreras de músicos que hoy en día son muy reconocidos y, económicamente, se han beneficiado los coscoínos de el tanto como los músicos, los medios de comunicación y algunos empresarios. La Comisión ha usado al evento para promover el nacionalismo cultural, definir lo que es el folklore musical argentino y educar a músicos no profesionales. Socioculturalmente, el Festival ha llegado a ser un sitio de memoria donde los asistentes pueden realizar metas personales, sentirse “argentinos” y llegar a formar parte de una comunidad “folklórica”. Al mismo tiempo, sirve como foro donde se negocia la identidad nacional argentina por medio de la música.