Vivimos sociedades del hiperdesarrollo tecnológico y del subdesarrollo familiar.Un mundo donde aprendemos de todo menos a ser padres. A educar hijos con valores y con límites. A decir “NO” más a menudo. Disciplinar.
Hay que criarlo en libertad, se dijo. No exigirle. Que dicte sus propias reglas e imponga sus deseos. Un error bienintencionado cuyas consecuencias pagamos diariamente; niños y adolescentes que huyen, cometen suicidio, masacran o se drogan.
La ausencia de la madre en el hogar y el debilitamiento de la autoridad paterna se han convertido en un problema central de la realidad cotidiana que amenaza destruir la institución familiar.
Solos frente a una computadora nuestros hijos crecen en el vacío. En consecuencia no crecen.
Christina Balinotti ofrece un esclarecedor manual para educar a las madres (y a los padres) a conducir y fortalecer la familia. Una defensa del hecho más importante y trascendente de la experiencia humana; ser padres.
Hay que criarlo en libertad, se dijo. No exigirle. Que dicte sus propias reglas e imponga sus deseos. Un error bienintencionado cuyas consecuencias pagamos diariamente; niños y adolescentes que huyen, cometen suicidio, masacran o se drogan.
La ausencia de la madre en el hogar y el debilitamiento de la autoridad paterna se han convertido en un problema central de la realidad cotidiana que amenaza destruir la institución familiar.
Solos frente a una computadora nuestros hijos crecen en el vacío. En consecuencia no crecen.
Christina Balinotti ofrece un esclarecedor manual para educar a las madres (y a los padres) a conducir y fortalecer la familia. Una defensa del hecho más importante y trascendente de la experiencia humana; ser padres.