El exceso de voluntad de verdad que protagonizó buena parte de la historia de nuestro pensar convirtió la literatura y sus géneros en subordinados de lujo de una racionalidad huérfana, solitaria y deshumanizante. Esta crisis se refleja muy especialmente en la quiebra de las fronteras entre verdad y mentira, sujeto y objeto, realidad y ensoñación o esencia y apariencia.
La pregunta acerca de lo que somos y de lo que es el mundo, propia del filosofar, exige, para obtener una respuesta satisfactoria, recuperar el diálogo entre nuestros dos grandes instintos que bien pueden comprenderse en las figuras del filósofo y del poeta. Nuestra convicción es recobrar este diálogo para mantener vivo un verdadero filosofar, es decir, una forma de hacer filosofía que asuma nuestro pathos trágico. Este libro quiere ser lugar de encuentro entre filósofos y estudiosos de la literatura, y pretende superar la rigidez de las disciplinas. Un pensar que reconoce la literatura y sus géneros como lugar privilegiado para la encarnación de las principales perplejidades y encrucijadas ontológicas.
La pregunta acerca de lo que somos y de lo que es el mundo, propia del filosofar, exige, para obtener una respuesta satisfactoria, recuperar el diálogo entre nuestros dos grandes instintos que bien pueden comprenderse en las figuras del filósofo y del poeta. Nuestra convicción es recobrar este diálogo para mantener vivo un verdadero filosofar, es decir, una forma de hacer filosofía que asuma nuestro pathos trágico. Este libro quiere ser lugar de encuentro entre filósofos y estudiosos de la literatura, y pretende superar la rigidez de las disciplinas. Un pensar que reconoce la literatura y sus géneros como lugar privilegiado para la encarnación de las principales perplejidades y encrucijadas ontológicas.