DISCURSO SOBRE LA PRESENTACIÓN DEL LIBRO
"VIAJES, MITOS, LEYENDAS Y REALIDADES"
de
PIERRE de PONTARLIER
El ensayo que tengo el honor de presentarles, tiene por objeto principal hablar sobre los hombres del ayer y concluir sobre los del mañana. Pero, ¿qué es lo que falta para cerrar el círculo? Sin duda, hablar del hombre de hoy. ¿Sería suficiente? No creo, porque no debemos olvidar la proyección que concierne al niño, que es el enlace de la cadena: pasado, presente y futuro. Esos niños crecerán en diferentes lugares, según la clase social, el ambiente, la educación, la inteligencia, el carácter y otros factores genéticos. Es una especie de caldera en donde el núcleo familiar es la base de la sociedad en todos los tiempos.
Dividiré esta exposición en dos partes sustentándola en algunas reacciones encadenadas que se resumen en una ecuación cuyas cantidades - y porque no calidades - son exponenciales.
Sabemos muy bien que lo desconocido se vuelve conocido, que la verdad o lo falso toman su propio valor. Entonces, hablaré sobre algunos grandes descubrimientos hechos por hombres fuera de los comunes, que han permitido escribir la historia en pequeñas y grandes dosis gracias a la yuxtaposición de innumerables hipótesis mediante un proceso tormentoso, sobre un problema o una idea extra profesional, admitiendo que la imaginación no es una fuente de la realidad. Estos hombres han trabajado con valentía y perseverancia para ver al final del camino sus esperanzas coronadas de éxito y, como HORACIO grita: ¡"NO MORIRÉ ENTERO"!.
Muchos de estos investigadores dejan escépticos a sabios entronados en el pedestal de la ciencia, estimando poco a poco a estos hombres quienes, de repente, marchan sobre los senderos tapizados de piedras, embrollados de zarzas y de peligros y que en todo momento debieron soportar hambre, sed, frío o calor.
Todo el mundo aquí presente comprenderá que aprovecho la oportunidad para defender a estos investigadores que prefirieron saltar la barrera de la tradición académica, el sillón de su escritorio, para desmitificar, estudiar, descubrir la historia en sus fondos insondables dejando su profesión en pos de un deseo, un sueño; indagan sobre el tipo de vida de los ancianos que aparecen como un mito, una leyenda, con el fin que esta vieja realidad refleje una luz.
Sin embargo, en el infinito del tiempo y del espacio, todo puede existir, todo debe existir hasta lo irracional sustentado por una fuerza de creación sublime porque no olvidemos que DESCUBRIR ES CREAR.
Permítanme entonces citar a algunos de ellos que dejaron su nombre en la eternidad a pesar de ustedes seguramente los conocen:
• BENJAMIN FRANKLIN, que, sin ser bachiller en humanidades, no fue solamente un político feliz, sino también un sabio eminente. Negoció la alianza de Luis XVI con la nueva República en 1778; es el inventor del pararrayos.
• LUIGI GALVANI, médico de profesión, descubrió la electricidad gracias a la manipulación de un escalpelo sobre los nervios de las patas inferiores de una rana.
• MICHAEL FARADAY, era aprendiz y prácticamente autodidáctica, a quien debemos la influencia electrostática, la electrólisis y la inducción electromagnética.
• BUFFON, naturalista, hizo un trabajo de geología cuyo pensamiento más hermoso es: "La naturaleza trata de restablecer lo que el hombre no cesa de destruir".
• HERMAN, un ingeniero de ferrocarriles, que descubrió PERGAMOS, una antigua ciudad de Asia Menor, un reino del tercer y segundo siglo antes de J.C.
Me parece que existe una enorme diferencia entre la ingeniería y la arqueología.
Ninguno de estos personajes u otros, han utilizado su profesión para obtener tales resultados y creo que de vez en cuando merecen ser recordados.
En cuanto a mí, tengo la obligación de decirles que a pesar de numerosas peripecias, he buscado y no he encontrado nada, excepto una enorme satisfacción añadida de una riqueza intelectual, así como también una visión clara de la vida de los ho
"VIAJES, MITOS, LEYENDAS Y REALIDADES"
de
PIERRE de PONTARLIER
El ensayo que tengo el honor de presentarles, tiene por objeto principal hablar sobre los hombres del ayer y concluir sobre los del mañana. Pero, ¿qué es lo que falta para cerrar el círculo? Sin duda, hablar del hombre de hoy. ¿Sería suficiente? No creo, porque no debemos olvidar la proyección que concierne al niño, que es el enlace de la cadena: pasado, presente y futuro. Esos niños crecerán en diferentes lugares, según la clase social, el ambiente, la educación, la inteligencia, el carácter y otros factores genéticos. Es una especie de caldera en donde el núcleo familiar es la base de la sociedad en todos los tiempos.
Dividiré esta exposición en dos partes sustentándola en algunas reacciones encadenadas que se resumen en una ecuación cuyas cantidades - y porque no calidades - son exponenciales.
Sabemos muy bien que lo desconocido se vuelve conocido, que la verdad o lo falso toman su propio valor. Entonces, hablaré sobre algunos grandes descubrimientos hechos por hombres fuera de los comunes, que han permitido escribir la historia en pequeñas y grandes dosis gracias a la yuxtaposición de innumerables hipótesis mediante un proceso tormentoso, sobre un problema o una idea extra profesional, admitiendo que la imaginación no es una fuente de la realidad. Estos hombres han trabajado con valentía y perseverancia para ver al final del camino sus esperanzas coronadas de éxito y, como HORACIO grita: ¡"NO MORIRÉ ENTERO"!.
Muchos de estos investigadores dejan escépticos a sabios entronados en el pedestal de la ciencia, estimando poco a poco a estos hombres quienes, de repente, marchan sobre los senderos tapizados de piedras, embrollados de zarzas y de peligros y que en todo momento debieron soportar hambre, sed, frío o calor.
Todo el mundo aquí presente comprenderá que aprovecho la oportunidad para defender a estos investigadores que prefirieron saltar la barrera de la tradición académica, el sillón de su escritorio, para desmitificar, estudiar, descubrir la historia en sus fondos insondables dejando su profesión en pos de un deseo, un sueño; indagan sobre el tipo de vida de los ancianos que aparecen como un mito, una leyenda, con el fin que esta vieja realidad refleje una luz.
Sin embargo, en el infinito del tiempo y del espacio, todo puede existir, todo debe existir hasta lo irracional sustentado por una fuerza de creación sublime porque no olvidemos que DESCUBRIR ES CREAR.
Permítanme entonces citar a algunos de ellos que dejaron su nombre en la eternidad a pesar de ustedes seguramente los conocen:
• BENJAMIN FRANKLIN, que, sin ser bachiller en humanidades, no fue solamente un político feliz, sino también un sabio eminente. Negoció la alianza de Luis XVI con la nueva República en 1778; es el inventor del pararrayos.
• LUIGI GALVANI, médico de profesión, descubrió la electricidad gracias a la manipulación de un escalpelo sobre los nervios de las patas inferiores de una rana.
• MICHAEL FARADAY, era aprendiz y prácticamente autodidáctica, a quien debemos la influencia electrostática, la electrólisis y la inducción electromagnética.
• BUFFON, naturalista, hizo un trabajo de geología cuyo pensamiento más hermoso es: "La naturaleza trata de restablecer lo que el hombre no cesa de destruir".
• HERMAN, un ingeniero de ferrocarriles, que descubrió PERGAMOS, una antigua ciudad de Asia Menor, un reino del tercer y segundo siglo antes de J.C.
Me parece que existe una enorme diferencia entre la ingeniería y la arqueología.
Ninguno de estos personajes u otros, han utilizado su profesión para obtener tales resultados y creo que de vez en cuando merecen ser recordados.
En cuanto a mí, tengo la obligación de decirles que a pesar de numerosas peripecias, he buscado y no he encontrado nada, excepto una enorme satisfacción añadida de una riqueza intelectual, así como también una visión clara de la vida de los ho