El profesor Amerigio Contini (eminente constructor de robots positrónicos), ensambla un pequeño juguete para que su hijo, Piccolo Contini, de siete años de edad, pueda jugar en el laboratorio.
En un principio, el artefacto es capaz de realizar órdenes básicas, como arrancar, desplazarse, girar y parar. El robot dispone de unas pequeñas ruedas de silicona que le ayudan a moverse por toda la extensión del laboratorio, y como manos tiene unas pinzas de aluminio, terminadas en cinco apéndices articulados, con las que coge objetos de poco peso y los trasladaba de un lado hacia otro, para entretenimiento del hijo del profesor.
En apenas unos meses el robot deja de ser un mero entretenimiento para el pequeño Piccolo y se convierte en algo más...
En un principio, el artefacto es capaz de realizar órdenes básicas, como arrancar, desplazarse, girar y parar. El robot dispone de unas pequeñas ruedas de silicona que le ayudan a moverse por toda la extensión del laboratorio, y como manos tiene unas pinzas de aluminio, terminadas en cinco apéndices articulados, con las que coge objetos de poco peso y los trasladaba de un lado hacia otro, para entretenimiento del hijo del profesor.
En apenas unos meses el robot deja de ser un mero entretenimiento para el pequeño Piccolo y se convierte en algo más...