Más allá de esta constelación intelectual y local, La cultura como espectáculo y su actual reedición ampliada bajo el título de Culturas virtuales señalan hacia una tendencia general del capitalismo tardío que entre tanto no ha dejado de acrecentarse hasta dimensiones radicales: la confluencia de una cultura mercantilmente definida y manipulada, con los medios electrónicos de producción
y reproducción de lo real, y un progreso ininterrumpido del potencial tecnológico letal de la civilización global.
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