Un año después de la aprobación de la ley de inmigración SB 1070 en Arizona, de su bloqueo parcial en los juzgados, el coro de acuerdo entre grupos que han luchado contra esa legislación se ha desentonado, produciendo una acción desafinada que no solamente le ha restado la efectividad necesaria al boicot, sino que a nivel grupos se ha detenido. Hoy, el divisionismo y la rivalidad entre organizaciones pro derechos de los inmigrantes es evidente. Es claro que la intercomunicación, el respeto a los esfuerzos regionales, y la consulta que debería existir entre los grupos que en un principio se habían unido al boicot no existe. Este artículo cuenta con 901 palabras.
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