De golpe, el mundo cambió.
No fue un cambio sutil, no fue algo progresivo. Fue repentino. Nadie lo esperaba. Nadie estaba preparado. Nada volvió a ser lo mismo.
La Tierra llegó a una zona del espacio en la que ya había estado hacía miles de años, pero que los hombres habían olvidado... en su mayoría. Sólo unos pocos conservaban aún la memoria de aquellos tiempos: ritos, oraciones, antiguos gestos que intentaban mantener vivo el recuerdo.
El planeta, en su incansable danza con el Sol, entró en la Magia.
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