Dos policías nacionales, una muerta
Lo natural es que los dos policías se dediquen a buscar al asesino. Y eso es lo que hacen. Con estilos diferentes. Roble, subinspector, "hay un app para todo", Cecilio, inspector, "nada que no se pueda resolver con un par de hostias, una del derecho, y otra del revés". La muerta, una estudiante. El lugar del crimen, un piso donde viven dos estudiantes en la ciudad de Granada. Durante una fiesta, en una de las habitaciones. Nadie ha visto nada y el asesino no aparece en ningún selfie. ¿Seguro? Un inspector, Roble, acaba descubriendo mucho sobre las dos ocupantes del piso, pero poco sobre el asesino. El otro inspector acaba descubriendo el significado de la vida. ¿Y el asesino?
Situada en un futuro cercano que nos resulta familiar, esta novela explora los límites de la tecnología, las relaciones personales y el significado de escribir cuando todo el mundo lo hace. Bueno, en realidad no hace nada de eso, pero siempre pensé que explorar es una palabra chula para poner en la descripción del libro. En realidad, se trata de entretener. Sólo eso. De veras.
Este libro forma parte de una serie de novelas por entregas, aunque no se continúan, sino que suceden a la vez y comparten parte del texto. Primero se publicó el libro 1, #slash: la muerta de verdad; a continuación #slash: el día que me mataron, Todos ellos se están desarrollando, más que escribiendo, con una licencia libre y en GitHub. Te animo, seas lector o no, a que uses las peticiones (en http://github.com/JJ/HashSlash/issues) para hacer preguntas y sugerencias. O simplemente para ver cómo se sigue desarrollando esta novela, cuyos nuevos tomos irán apareciendo a razón de uno cada tiempo aleatorio.