Oscuro Parentesco dista mucho de ser un libro de ficción terrorífica al uso. Pretende ir más allá: plantea una apuesta ética y estética, una decidida reivindicación del cuento fantástico. Poliédrico, heterogéneo, sus páginas destilan un halo gélido y crispante que siembra la inquietud en el lector. Historias vívidas, registros narrativos de toda índole, tan variados como sus tramas, urdidas con maestría y prosa ágil. Todo ello, fruto del afán exploratorio de su autor.
Un viaje a través de las mil caras de la fantasía, un «menú degustación» que hará las delicias no sólo de los amantes del género, sino de aquel rastreador de mundos propios que se embarque en la lectura de esta obra sorprendente.
Tras su ópera prima Lo que vino de las profundidades (2010), Eduardo Moreno regresa al panorama literario con un libro cargado de sensibilidad y madurez creativa. Escrito con pasión —propia de un orfebre de la palabra— y alejado de las modas imperantes, Oscuro Parentesco nos sumerge de lleno en el placer de la lectura.
Un viaje a través de las mil caras de la fantasía, un «menú degustación» que hará las delicias no sólo de los amantes del género, sino de aquel rastreador de mundos propios que se embarque en la lectura de esta obra sorprendente.
Tras su ópera prima Lo que vino de las profundidades (2010), Eduardo Moreno regresa al panorama literario con un libro cargado de sensibilidad y madurez creativa. Escrito con pasión —propia de un orfebre de la palabra— y alejado de las modas imperantes, Oscuro Parentesco nos sumerge de lleno en el placer de la lectura.