Solución a los dos retos racionales más grandes de la especie humana en la Tierra, científico uno, Origen y Evolución de Nuestro Universo, y teológico el otro, Estructura Energética de la Trinidad Primordial que la cristiandad reconoce como Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Ya pudimos “saltar” de un caracol de playa a una galaxia.
¿Estamos listos para hacerlo ahora desde una simple roca al Universo Absoluto, a la Unidad Existencial?
La separación entre los seres humanos ordinarios, individuos sin características especiales, normales, y los filósofos, cosmólogos, científicos y teólogos es puramente relativa, cultural. Después de todo, tenemos deportes en los que los individuos experimentan aspectos de la ciencia en sus cuerpos, y seres que en momentos íntimos son grandes filósofos. Luego, esta versión no está dirigida particularmente a los filósofos, cosmólogos, científicos y teólogos, sino que está dirigida a todos quienes en sus corazones buscan la verdad a la que están formalmente dedicados esos especialistas, y de ninguna manera excluye a los seres ordinarios que sienten las mismas inquietudes fundamentales que son comunes para todos los individuos de la especie humana. Podemos no definirnos como esos especialistas en las diferentes disciplinas del proceso racional consciente de sí mismo, pero todos buscamos respuestas a nuestras inquietudes fundamentales, y todos podemos encontrar las respuestas por sí mismos, si hacemos lo que debemos hacer y para lo que todos tenemos las dos herramientas que necesitamos: nuestra capacidad racional y el proceso del que provenimos y del que tenemos su información en nuestro propio arreglo energético que nos define como seres humanos. Nunca sabremos qué tan lejos podemos llegar si nos dejamos limitar o inhibir por las actitudes culturales.
¿Podremos “saltar” de una roca al Universo Absoluto, al contenedor de la materia, energía y espacio, es decir, a la Unidad Existencial? Intuímos que sí, dada la forma en que estamos siendo orientados en esta introducción, pero ¿cómo lo haremos? ¿Será importante sólo el llegar a la Unidad Existencial o disfrutar más el proceso por el que se llega a ella y lo que el proceso nos muestra en el camino de llegar a ella? Tal vez encontremos que el propósito que perseguimos es tan solo la referencia para crear otro, con lo que habremos llegado a la mente del verdadero creador: el que crea sentido o un propósito de lo que está disponible y no puede ser cambiado. Energéticamente, todo es como es y no puede ser cambiado, por una razón a nuestro alcance; no obstante, y porque todo es como es, es que podemos ser creadores de la experiencia de vida que deseamos, y para ello nos interesa conocer qué nos permite crear, y sobre qué vamos a crear. De manera que no solo vamos a entrar a la mente de Dios sino... ¡a Su propio cuerpo!, a la estructura energética que sustenta al proceso consciente de sí mismo, a la Consciencia Universal a la que llamamos Dios.
Pues sí, vamos a pasar de una roca a la Unidad Existencial.
Ya pudimos “saltar” de un caracol de playa a una galaxia.
¿Estamos listos para hacerlo ahora desde una simple roca al Universo Absoluto, a la Unidad Existencial?
La separación entre los seres humanos ordinarios, individuos sin características especiales, normales, y los filósofos, cosmólogos, científicos y teólogos es puramente relativa, cultural. Después de todo, tenemos deportes en los que los individuos experimentan aspectos de la ciencia en sus cuerpos, y seres que en momentos íntimos son grandes filósofos. Luego, esta versión no está dirigida particularmente a los filósofos, cosmólogos, científicos y teólogos, sino que está dirigida a todos quienes en sus corazones buscan la verdad a la que están formalmente dedicados esos especialistas, y de ninguna manera excluye a los seres ordinarios que sienten las mismas inquietudes fundamentales que son comunes para todos los individuos de la especie humana. Podemos no definirnos como esos especialistas en las diferentes disciplinas del proceso racional consciente de sí mismo, pero todos buscamos respuestas a nuestras inquietudes fundamentales, y todos podemos encontrar las respuestas por sí mismos, si hacemos lo que debemos hacer y para lo que todos tenemos las dos herramientas que necesitamos: nuestra capacidad racional y el proceso del que provenimos y del que tenemos su información en nuestro propio arreglo energético que nos define como seres humanos. Nunca sabremos qué tan lejos podemos llegar si nos dejamos limitar o inhibir por las actitudes culturales.
¿Podremos “saltar” de una roca al Universo Absoluto, al contenedor de la materia, energía y espacio, es decir, a la Unidad Existencial? Intuímos que sí, dada la forma en que estamos siendo orientados en esta introducción, pero ¿cómo lo haremos? ¿Será importante sólo el llegar a la Unidad Existencial o disfrutar más el proceso por el que se llega a ella y lo que el proceso nos muestra en el camino de llegar a ella? Tal vez encontremos que el propósito que perseguimos es tan solo la referencia para crear otro, con lo que habremos llegado a la mente del verdadero creador: el que crea sentido o un propósito de lo que está disponible y no puede ser cambiado. Energéticamente, todo es como es y no puede ser cambiado, por una razón a nuestro alcance; no obstante, y porque todo es como es, es que podemos ser creadores de la experiencia de vida que deseamos, y para ello nos interesa conocer qué nos permite crear, y sobre qué vamos a crear. De manera que no solo vamos a entrar a la mente de Dios sino... ¡a Su propio cuerpo!, a la estructura energética que sustenta al proceso consciente de sí mismo, a la Consciencia Universal a la que llamamos Dios.
Pues sí, vamos a pasar de una roca a la Unidad Existencial.