Un meteorito va a chocar contra la tierra. Falta poco, y no hay salvación.
¿Creen que las autoridades se preocuparían por protegernos? Si ya no votaríamos por ellos, en las inexistentes siguientes elecciones. ¿Les importamos? ¿Nos pondríamos a aprender ruso o tocar el piano? ¿Y de qué nos serviría? Podríamos reconocer a ese hijo que negamos, para que muera con el apellido que le corresponde. ¡Y un cuerno! ¿Para qué necesita un apellido para morir? Si ni siquiera va a tener una lápida.
¿Mataríamos a nuestra esposa, y a ver quién nos juzga? ¿Las autoridades nos meterían a la cárcel, o nos pegarían un tiro, y sin juicio? ¿Acaso les importaría la justicia? ¿Les va a dar una medalla la ONU?
¿Habría algún estúpido que calcularía lo que le queda para la jubilación? ¿Seguiríamos pagando lo que debemos de las vacaciones pasadas? ¿Y la tarjeta de crédito? ¿Necesitaríamos crédito?
En fin, que es difícil saber qué haríamos en esos últimos días. Nos daría lo mismo en qué termina la telenovela, y que ganen la Eurocopa los marcianos.
Quizá nos pondríamos a comer, fumar y beber como locos, para reírnos del enfisema pulmonar, el colesterol y la cirrosis. ¿Sexo?
¿Cuál es la mayor ilusión del ser humano, y que no puede realizar, porque hay quiénes lo impiden? En El Futuro que Sucedió Ayer, una novela corta, pero muy intensa, podemos descubrir “lo oscuro” que llevamos dentro.
Y al final… Bueno, eso es otra cosa.
¿Creen que las autoridades se preocuparían por protegernos? Si ya no votaríamos por ellos, en las inexistentes siguientes elecciones. ¿Les importamos? ¿Nos pondríamos a aprender ruso o tocar el piano? ¿Y de qué nos serviría? Podríamos reconocer a ese hijo que negamos, para que muera con el apellido que le corresponde. ¡Y un cuerno! ¿Para qué necesita un apellido para morir? Si ni siquiera va a tener una lápida.
¿Mataríamos a nuestra esposa, y a ver quién nos juzga? ¿Las autoridades nos meterían a la cárcel, o nos pegarían un tiro, y sin juicio? ¿Acaso les importaría la justicia? ¿Les va a dar una medalla la ONU?
¿Habría algún estúpido que calcularía lo que le queda para la jubilación? ¿Seguiríamos pagando lo que debemos de las vacaciones pasadas? ¿Y la tarjeta de crédito? ¿Necesitaríamos crédito?
En fin, que es difícil saber qué haríamos en esos últimos días. Nos daría lo mismo en qué termina la telenovela, y que ganen la Eurocopa los marcianos.
Quizá nos pondríamos a comer, fumar y beber como locos, para reírnos del enfisema pulmonar, el colesterol y la cirrosis. ¿Sexo?
¿Cuál es la mayor ilusión del ser humano, y que no puede realizar, porque hay quiénes lo impiden? En El Futuro que Sucedió Ayer, una novela corta, pero muy intensa, podemos descubrir “lo oscuro” que llevamos dentro.
Y al final… Bueno, eso es otra cosa.