¿Podríamos inventar una manera, quizás un juego, para no desaparecer del todo? ¿Cuáles son los senderos de la permanencia? ¿Habrá mapas del tiempo ocultos en algún concierto de música barroca, habrá un Logos que pueda guiarnos cuando nuestra conciencia pierde la protección de la infancia? Hace unos años, en la Patagonia, conocí a un extraño personaje que me entregó esta historia fabulosa. Él buscaba a un amigo fantasma, perdido en los mares del sur; otro joven como él, que hablaba con las ballenas. Lo que me dijo resultaba inverosímil, y sin embargo aquí lo comparto. FB.
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