España, con sus características particulares participó de las tendencias sociales, económicas, culturales y deportivas europeas desde finales del siglo XIX. Debido a la polarización entre campo y ciudad, tan acusada en la España de principios del siglo XX, -con diferencias abismales de niveles de vida y estatus cultural y económico- el deporte sólo se pudo desarrollar en los centros urbanos como una nueva actividad social. A pesar de los problemas políticos y la guerra civil, durante el siglo XX España siguió su camino en el fomento de la actividad física. El deporte, como un componente cultural más de la sociedad española, ha ido creciendo y desarrollándose, influido por los avatares sociales, económicos y políticos que han acontecido en el devenir de nuestra historia, por lo que ahora se comporta de forma similar a nuestra sociedad, de una manera dinámica y positiva, dándonos éxitos deportivos como nunca se había soñado. El prestigio deportivo español ha crecido paralelamente al que España como nación ha ido adquiriendo en las últimas décadas.
La legislación deportiva ha sido compañera de las políticas deportivas desde sus comienzos. También las leyes para la regulación de la educación, en concreto de la educación física, fueron de una importancia decisiva para el desarrollo deportivo.
La legislación deportiva ha sido compañera de las políticas deportivas desde sus comienzos. También las leyes para la regulación de la educación, en concreto de la educación física, fueron de una importancia decisiva para el desarrollo deportivo.