En contra de su voluntad, Uhtred, el formidable guerrero, recibe la orden de iniciar conversaciones con los vikingos para sellar la paz, pero acaba descubriendo que le han tendido una celada. Los hombres que rodean al rey no se fían de él, los daneses sueñan con darle muerte y su única persona de confianza, Etelfleda, hija de Alfredo, está recluida en un convento. El propio Uhtred, confinado en una miserable hacienda de Mercia, observa cómo los clérigos más próximos al rey le aconsejan una política de pacificación y conversión mientras, en las fronteras del reino, los enemigos de Wessex se hacen cada día más fuertes.
Los daneses hablan de paz, pero se disponen para la guerra. Sueñan con apoderarse de Wessex, el más próspero de los territorios sajones. Corren rumores de que Alfredo el Grande, el hombre que ha regido los destinos del reino durante casi treinta años, se está muriendo, y no faltan los malos presagios.
Muerte de Reyes es una espléndida novela sobre cómo se fraguó un sueño, Inglaterra, y de cómo estuvo a punto de irse al traste. El propio Uhtred, confinado en una miserable hacienda de Mercia, observa cómo los clérigos más próximos al rey le aconsejan una política de pacificación y conversión mientras, en las fronteras del reino, los enemigos de Wessex se hacen cada día más fuertes.
Los daneses hablan de paz, pero se disponen para la guerra. Sueñan con apoderarse de Wessex, el más próspero de los territorios sajones. Corren rumores de que Alfredo el Grande, el hombre que ha regido los destinos del reino durante casi treinta años, se está muriendo, y no faltan los malos presagios.
Muerte de Reyes es una espléndida novela sobre cómo se fraguó un sueño, Inglaterra, y de cómo estuvo a punto de irse al traste. El propio Uhtred, confinado en una miserable hacienda de Mercia, observa cómo los clérigos más próximos al rey le aconsejan una política de pacificación y conversión mientras, en las fronteras del reino, los enemigos de Wessex se hacen cada día más fuertes.