GESTION POR SERVICIOS
Cuando se trata de entregar, de manera ágil y oportuna, valor a un cliente debemos tener la capacidad de ser flexibles… porque el saber qué hacer y el poder decidir, de forma diversa, frente al cambio de las circunstancias son características de calidad en un servicio.
Los procesos humanos, como toda actividad de naturaleza humana, se gestionan de forma diversa y marcos de referencia como la “Gestión por Procedimientos”, “Gestión por Objetivos” o la “Administración por Resultados” son ejemplo de ello.
Estas prácticas de gestión establecen modelos de trabajo que priorizan aspectos de interés para las organizaciones que las adoptan, como son: la ejecución repetitiva de un procedimiento, la consecución reiterativa de un resultado o simplemente el cumplimiento de un índice de eficiencia.
Sin embargo es notorio ver, como día a día, empresas nuevas crecen y superan en poquísimos años a empresas que tradicionalmente aplican estos modelos simplemente definiendo condiciones adecuadas de servicio.
Por ello, es cuestionable la validez de estos métodos cuando lo importante es satisfacer las variadas necesidades de los clientes. Quizás, porque al tratar de satisfacer dichas necesidades, un marco de gestión debe ser flexible y eficiente, tan flexible como para adaptarse las múltiples necesidades de los clientes y tan eficiente como para superar permanentemente sus expectativas.
De manera que si, en un trabajo o en un negocio, se considera al cliente como el eje primordial de la gestión y la excelencia en el servicio la clave fundamental de su éxito, este es el momento para conocer las bases prácticas de la “Gestión por Servicios”.
Cuando se trata de entregar, de manera ágil y oportuna, valor a un cliente debemos tener la capacidad de ser flexibles… porque el saber qué hacer y el poder decidir, de forma diversa, frente al cambio de las circunstancias son características de calidad en un servicio.
Los procesos humanos, como toda actividad de naturaleza humana, se gestionan de forma diversa y marcos de referencia como la “Gestión por Procedimientos”, “Gestión por Objetivos” o la “Administración por Resultados” son ejemplo de ello.
Estas prácticas de gestión establecen modelos de trabajo que priorizan aspectos de interés para las organizaciones que las adoptan, como son: la ejecución repetitiva de un procedimiento, la consecución reiterativa de un resultado o simplemente el cumplimiento de un índice de eficiencia.
Sin embargo es notorio ver, como día a día, empresas nuevas crecen y superan en poquísimos años a empresas que tradicionalmente aplican estos modelos simplemente definiendo condiciones adecuadas de servicio.
Por ello, es cuestionable la validez de estos métodos cuando lo importante es satisfacer las variadas necesidades de los clientes. Quizás, porque al tratar de satisfacer dichas necesidades, un marco de gestión debe ser flexible y eficiente, tan flexible como para adaptarse las múltiples necesidades de los clientes y tan eficiente como para superar permanentemente sus expectativas.
De manera que si, en un trabajo o en un negocio, se considera al cliente como el eje primordial de la gestión y la excelencia en el servicio la clave fundamental de su éxito, este es el momento para conocer las bases prácticas de la “Gestión por Servicios”.