Sé que no debería desearlo, pero no puedo evitarlo. Me gusta meterme en su habitación y tocarme mientras él y su novia tienen sexo. Está mal, pero tampoco le hace daño a nadie. Pensé que había visto todo lo que se podía ver, que sabía todo lo que se podía saber, hasta que su mirada se cruzó con la mía cuando yo los observaba desde mi escondite secreto en su clóset.
Ahora él sabe, y no hay forma de volver atrás.
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