Dos desplazados, un ciudadano normal y un policía, son los protagonistas de esta historia. En ambos está naciendo el odio, cada quién por sus propios motivos. Los dos están resentidos con la sociedad, como si ésta fuese la causante de sus males.
El sentimiento de rechazo suele ser el principal generador de asesinos seriales, de homicidios sin otra razón que el odio del criminal.
-Una hora, de la que ya llevamos casi media.
-¿Y cuánto cobras por media más?
-Treinta. Deberían ser cincuenta, pero me evitas vestirme y regresar al bar.
Javier auguraba que el primer orgasmo no tardaría, ya que lo provocaba la inmensa satisfacción de una venganza cumplida. Como sería mental, necesitaba otro, el físico, para rematar la noche. La mujer estaba muy buena como para un coito de retrete.
-Pues entonces…
Javier aceleró el ritmo, convencido de que no podía retener lo que le rasguñaba las entrañas, clamando brotar.
-… el segundo será con más calma.
-No te vas a quejar. Descarga ya, y prepárate para el otro.
Osuna lanzó el grito comanche de ataque. Tina, a quien él no veía la faz, sonrió. Clientes así no caían cada día.
El sentimiento de rechazo suele ser el principal generador de asesinos seriales, de homicidios sin otra razón que el odio del criminal.
-Una hora, de la que ya llevamos casi media.
-¿Y cuánto cobras por media más?
-Treinta. Deberían ser cincuenta, pero me evitas vestirme y regresar al bar.
Javier auguraba que el primer orgasmo no tardaría, ya que lo provocaba la inmensa satisfacción de una venganza cumplida. Como sería mental, necesitaba otro, el físico, para rematar la noche. La mujer estaba muy buena como para un coito de retrete.
-Pues entonces…
Javier aceleró el ritmo, convencido de que no podía retener lo que le rasguñaba las entrañas, clamando brotar.
-… el segundo será con más calma.
-No te vas a quejar. Descarga ya, y prepárate para el otro.
Osuna lanzó el grito comanche de ataque. Tina, a quien él no veía la faz, sonrió. Clientes así no caían cada día.