En el mundo de la tarde, la noche o la madrugada, los bares y las discotecas semejan una jungla en la que coexisten los depredadores y las presas. Desde antiguo ha existido la creencia de que los depredadores son masculinos y las presas femeninas. Esto estriba del género gramatical en español. Se dice depredador y no depredadora, ni incluso al referirse a la mantis religiosa. E idéntico, en relación a "presa", porque preso significa otra cosa. Los ingleses no tienen género, más bien sus sustantivos, por lo que esta disquisición no les sirve para nada.
Aquí no se pretende enseñar a ligar, porque la guía versa sobre estilos definidos y no dar clases de cómo crear el propio. Se trata, pues, de que cada quien se busque, y quizá se encuentre, entre esta gama de ligones, manoseadores, talameros, esquineros, alfombreros, portaleros y demás, para que sepan cómo son, a qué género pertenecen y cuáles son sus hábitos. Bueno, ellos ya lo saben; mas no que están catalogados, y sus presas, algunas, les huelen al acercarse, como la cebra al león.
¿Tienes, amigo mío, tal modus operandi? Y miles más como tú, los de dientes afilados que pueblan la noche, y relamen sus bigotes, con la idea fija de destrozar a una indefensa gacela. Si crees que las gacelas son indefensas, eres tonto de remate, por lo que lo más factible es que termines tú destrozado, hecho trizas o aún peor... ¡atrapado! La cautividad es más horrorosa que la muerte, puesto que en El Otro Mundo no hay suegras; lo que significa una diferencia a favor. El matrimonio no es el infierno, pero se le parece mucho.
¿Tú a cuál de estos depredadores te pareces? ¿A qué grupo perteneces? Si lo ignoras, sigue leyendo, y te asombrarás al comprobar que tus tácticas son conocidas. Se han hecho estudios exhaustivos sobre este tema, para al final no estar muy seguros de nada. ¿No sabes a ciencia cierta que usas una? Aquí verificarás que sí, y aprenderás, si tu intelecto da para tanto, algo más sobre tu conducta. ¡Eres un monstruo!
Aquí no se pretende enseñar a ligar, porque la guía versa sobre estilos definidos y no dar clases de cómo crear el propio. Se trata, pues, de que cada quien se busque, y quizá se encuentre, entre esta gama de ligones, manoseadores, talameros, esquineros, alfombreros, portaleros y demás, para que sepan cómo son, a qué género pertenecen y cuáles son sus hábitos. Bueno, ellos ya lo saben; mas no que están catalogados, y sus presas, algunas, les huelen al acercarse, como la cebra al león.
¿Tienes, amigo mío, tal modus operandi? Y miles más como tú, los de dientes afilados que pueblan la noche, y relamen sus bigotes, con la idea fija de destrozar a una indefensa gacela. Si crees que las gacelas son indefensas, eres tonto de remate, por lo que lo más factible es que termines tú destrozado, hecho trizas o aún peor... ¡atrapado! La cautividad es más horrorosa que la muerte, puesto que en El Otro Mundo no hay suegras; lo que significa una diferencia a favor. El matrimonio no es el infierno, pero se le parece mucho.
¿Tú a cuál de estos depredadores te pareces? ¿A qué grupo perteneces? Si lo ignoras, sigue leyendo, y te asombrarás al comprobar que tus tácticas son conocidas. Se han hecho estudios exhaustivos sobre este tema, para al final no estar muy seguros de nada. ¿No sabes a ciencia cierta que usas una? Aquí verificarás que sí, y aprenderás, si tu intelecto da para tanto, algo más sobre tu conducta. ¡Eres un monstruo!