Peter es el novio de Anna, y probablemente su futuro esposo. Ella lo adora y el sexo es bueno, pero hay algo que falta. La mayor falla de Peter es que él no es el extraño de la sala de chat sobre fetiches. Ese es el extraño al que Anna se imagina entre sus piernas cuando ella cierra sus ojos y no a Peter. Sus más profundos y oscuros deseos la empujan a verse con el extraño para hacer realidad la fantasía, sólo que Anna recibirá más de lo que alguna vez pidió.
Este es un relato erótico explícito de aproximadamente 5.350 palabras. Contiene lenguaje gráfico y temas sexuales. Está destinado a adultos interesados en este tipo de material para su consumo en jurisdicciones donde su venta y disfrute no violan leyes locales.
Extracto:
Esperó en su auto, unos pocos minutos después, pero había conducido algo más de una hora tratando de monologar consigo misma sobre cómo salir de esto. Le había mentido a Peter, le dijo que iba a reunirse con unos amigos, ya era otro engaño más, peor aún que el primero. Anna sabía que hacer eso en este punto era inevitable, aun así, no podía dejar de sentirse avergonzada. ¿Y si la descubría en ese lugar? Su corazón ya palpitaba muy rápido; y no podía dejar que los escenarios desfavorables se siguieran revelando en su mente por la posibilidad de que ocurriría si su novio se diera cuenta de lo que estaba a punto de hacer.
Le llegó el siguiente mensaje, “Te espero adentro,” y se dio cuenta que sus manos temblaban mientras abría la puerta del auto y la cerraba detrás suyo. Si no fuera por el hecho de que vio sus duros pezones a través del frente de su blusa, podría haber pensado que realmente no quería reunirse con él. Transpiraba, y sentía el goteo de su sudor bajar por su cuello, y sus rodillas no se quedaban quietas mientras caminaba hacia la puerta principal. No habrían importado los signos de alerta que su cuerpo le daba, Anna había esperado demasiado para arrepentirse de esto ahora.
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Extracto:
Esperó en su auto, unos pocos minutos después, pero había conducido algo más de una hora tratando de monologar consigo misma sobre cómo salir de esto. Le había mentido a Peter, le dijo que iba a reunirse con unos amigos, ya era otro engaño más, peor aún que el primero. Anna sabía que hacer eso en este punto era inevitable, aun así, no podía dejar de sentirse avergonzada. ¿Y si la descubría en ese lugar? Su corazón ya palpitaba muy rápido; y no podía dejar que los escenarios desfavorables se siguieran revelando en su mente por la posibilidad de que ocurriría si su novio se diera cuenta de lo que estaba a punto de hacer.
Le llegó el siguiente mensaje, “Te espero adentro,” y se dio cuenta que sus manos temblaban mientras abría la puerta del auto y la cerraba detrás suyo. Si no fuera por el hecho de que vio sus duros pezones a través del frente de su blusa, podría haber pensado que realmente no quería reunirse con él. Transpiraba, y sentía el goteo de su sudor bajar por su cuello, y sus rodillas no se quedaban quietas mientras caminaba hacia la puerta principal. No habrían importado los signos de alerta que su cuerpo le daba, Anna había esperado demasiado para arrepentirse de esto ahora.
