Brian ha regresado de Afganistán, donde sirvió con orgullo en los Marines. Sintiéndose sofocado por las preocupaciones de sus padres, amigos y vecinos, él escapa al bar por algunos tragos. Mientras está allí, él se acerca a un grupo de amigos, chicos que ha conocido desde que eran niños, incluyendo Eric Ferguson. Brian siempre ha estado enamorado de Eric, pero asume que él no lo sabe, que nadie sabe. Mientras conducen por las afueras de la ciudad, Eric saca a relucir sus frustración por las decisiones de Brian, especialmente el hecho de que continuamente ha estado huyendo desde que se graduaron en secundaria. ¿Será capaz Brian de decir la verdad y dejar de huir?
Esta es una historia erótica explícita corta de aproximadamente 5.400 palabras. Contiene lenguaje gráfico y temas sexuales. Está dirigida sólo a adultos interesados en este tipo de material para su consumo en jurisdicciones donde su venta y disfrute no violan leyes locales.
Extracto:
“Tú no puedes culparme de lo que no tuviste el valor suficiente de admitir.”
“¿Yo?” Eric rió, con un sonido como una explosión de aire cargado. “¿Qué hay de ti? ¿Cuándo tuviste alguna vez el coraje para decirle a alguien la verdad?”
“¿Qué se supone que significa eso?”
“Huyes. Siempre has estado huyendo—”
“¿Y qué hay de ti?” exigió Brian, gritando hacia Eric. “¿Qué haces tú? ¡Te escondes tras excusas!”
“Ya no más.”
Estaban de pie, cara a cara, ambos de la misma altura, con la misma constitución. Dos chicos de Texas que podrían haber sido hermanos, excepto por los largos rizos rubios de uno y el cabello corto oscuro del otro. Y entonces estaban tocándose. Brian no podía recordar quién se movió primero, pero en una fracción de Segundo los dedos de Eric se retorcían en la tela aún húmeda de su camisa mientras su mano estaba atrapada en la parte de atrás del cuello de Eric.
Esta es una historia erótica explícita corta de aproximadamente 5.400 palabras. Contiene lenguaje gráfico y temas sexuales. Está dirigida sólo a adultos interesados en este tipo de material para su consumo en jurisdicciones donde su venta y disfrute no violan leyes locales.
Extracto:
“Tú no puedes culparme de lo que no tuviste el valor suficiente de admitir.”
“¿Yo?” Eric rió, con un sonido como una explosión de aire cargado. “¿Qué hay de ti? ¿Cuándo tuviste alguna vez el coraje para decirle a alguien la verdad?”
“¿Qué se supone que significa eso?”
“Huyes. Siempre has estado huyendo—”
“¿Y qué hay de ti?” exigió Brian, gritando hacia Eric. “¿Qué haces tú? ¡Te escondes tras excusas!”
“Ya no más.”
Estaban de pie, cara a cara, ambos de la misma altura, con la misma constitución. Dos chicos de Texas que podrían haber sido hermanos, excepto por los largos rizos rubios de uno y el cabello corto oscuro del otro. Y entonces estaban tocándose. Brian no podía recordar quién se movió primero, pero en una fracción de Segundo los dedos de Eric se retorcían en la tela aún húmeda de su camisa mientras su mano estaba atrapada en la parte de atrás del cuello de Eric.