Altas dosis de erotismo despertarán algo más que el placer por la lectura. Disfruta de la sensualidad de una novela donde la libido es la protagonista.
De un momento a otro, mecanismos misteriosos han convertido la vida de Romina, una joven despreocupada y atractiva, en una secuencia cada vez más sorprendente de encuentros sexuales. Así, de su previsible rutina profesional y de su tradicional cortejo amoroso ha pasado a explorar insólitas fuentes de placer. Pero más allá de toda etiqueta —fisgoneo, exhibicionismo, dominación, fetichismo—, quizás solo se trate del camino para un descubrimiento interior más complejo, cuya primera etapa es simplemente el cuerpo.
Si entre todos los placeres, el sexo es el que provoca las reacciones más divergentes, desde el rubor hasta el alarde, y si este último todavía suele ser considerado un derecho exclusivamente masculino, aquí esa idea queda por completo desmentida, pues la autora presenta a su protagonista no como objeto, sino como sujeto de deseo, decidido y consciente de esa posición, aun cuando ha logrado conquistarla no sin dudas y temores. Con su historia, cierto modelo femenino debe redefinirse.