Un alma torturada que renacerá con el juego del amor.
«Seré muchas cosas», dijo lord Sheen, «pero la amabilidad no se cuenta entre mis virtudes.»
La bella Grace Paget no tiene motivos para dudar de estas palabras. A fin de cuentas la han secuestrado por error, la han llevado a una casa perdida en el campo y le han dicho que debe satisfacer todos los deseos de este hombre o perderá la vida. Sin embargo, en los ojos de él hay algo que la incita a dudar: quizá no sea tan cruel como quiere parecer.
Encerrado como un prisionero, y tratado como un loco por la sociedad en pleno, Sheene haría cualquier cosa por recuperar su vida. Pero la sensualidad de Grace se ha interpuesto en sus objetivos. Pese a que la encuentra irresistible, le horroriza retenerla en contra de su voluntad. Juntos deberán rebelarse contra las singulares circunstancias que los han unido. Solo entonces Grace se atreverá a iniciar el juego de la seducción, tierno e intenso.