Lucy estaba dispuesta a cualquier cosa con tal de escapar del convento en el que vivía desde hacía años. Pero jamás habría imaginado que el mundo le reservase tantos peligros... y tanto deseo. Sir Alexander Breton la había ayudado cientos de veces y había despertado en ella unas ansias que su honor nunca le permitiría saciar.El viudo Alexander Breton había elegido las cruzadas para huir del dolor. De hecho, en cuanto cumpliera con aquella misión, tenía planeado tomar los votos monásticos. Pero el destino quiso que encontrara a Lucy, una valiente y bella inocente que lo necesitaba...
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