¿Qué precio estaba dispuesta a pagar para conservar la mansión y las propiedades que durante siglos habían pertenecido a su familia? Sola, sin hermanos ni padres que la protegieran, viuda de un sajón que sucumbió en la última y más cruel de las batallas contra el invasor, Faithe de Hauekleah tendrá que aceptar como esposo a un noble extranjero, a un enemigo, o permitir que le sea arrebatado aquello que más ama. Guillermo, el rey normando, ha vencido a Haroldo, el rey sajón, en una batalla que pasará a los anales de la historia: Hastings. Los conquistadores imponen su ley.
Es joven, viuda y hermosa... y su rey acaba de perder una guerra definitiva. Ha sido en la batalla de Hastings, y teme ahora que los vencedores usurpen sus posesiones, sus tierras, su preciada mansión de Hauekleah. Pero... tal vez si aceptara casarse con el noble normando, el Halcón Negro, un enemigo, uno de los más temibles entre ellos, y lo complaciera como se espera de una esposa... aunque no lo amara... conservaría para sí el honor y para los suyos la tierra que les da de comer.
Esos campos fértiles, la paz que transmite el lugar, incluso aquella hermosa mujer, Faithe de Hauekleah, fuerte por fuera, vulnerable en su interior... Es todo con lo que ha soñado, lo que le ha permitido mantenerse en pie, ballesta al hombro, en plena batalla. Pero es un sueño... ¿Cómo podría un hombre como él, atormentado por el recuerdo de tanta muerte, de tanta atrocidad, aspirar a una porción de cielo?
Luke de Perigueux sabe que su negra alma sólo encontrará remisión en el amor incondicional.